La compañía petrolera Galp está desarrollando un proyecto piloto en Portugal, país del que es originaria, que consiste en la instalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos en farolas públicas, una iniciativa que, si bien no es nueva, aún no se ha implantado de forma masiva.
Al aprovechar la infraestructura de alumbrado público, el proyecto contribuye a reducir el tiempo y el coste de instalación de nuevos puntos de recarga, en sí muy lentos en nuestro país, pero a cambio, se mitiga la necesidad de nuevas ampliaciones de potencia en la red y se reduce la ocupación de espacio adicional en las aceras.
A día de hoy ya funcionan puntos en Lisboa y en la antigua Refinería de Matosinhos, en Oporto, pero la idea de Galp es ampliar la red por todo el país.
El desarrollo de esta red de movilidad eléctrica de Galp incluye una iniciativa dirigida al reciclaje de baterías, con un proyecto denominado Second Life Batteries.
En España se está implantado en Alcalá de Henares (Madrid), donde el objetivo es la reutilización de baterías al final de su vida útil para alimentar la red de cargadores ultrarrápidos. De esta forma es posible cargar hasta nueve vehículos consecutivos utilizando una potencia mínima de la red.
Con ambos proyectos, Galp pretende incrementar las infraestructuras de recarga operada por la compañía, la mayor de Portugal, que cuenta con más de 5.500 puntos instalados en la península.
Tal y como ha señalado João Diogo Marques da Silva, EVP Comercial de Galp "se trata de una necesidad acuciante en los grandes centros urbanos. En las áreas metropolitanas de Lisboa y Oporto, por ejemplo, más de la mitad de las viviendas familiares no disponen de aparcamiento o garaje, lo que significa que los puntos de recarga tendrán que ser proporcionados por la red pública a través de soluciones como ésta".