¿Cómo combatir la perdida de eficiencia de un coche eléctrico en invierno?

¿Cómo combatir la perdida de eficiencia de un coche eléctrico en invierno?

Con la llegada del invierno, los propietarios de los coches eléctricos se enfrentan al desafío bien conocido de la disminución de la autonomía, debido a que las bajas temperaturas afectan negativamente la eficiencia de las baterías, reduciendo la distancia que se puede recorrer con una sola carga. Sin embargo, existen diversas estrategias para mitigar este efecto y aprovechar al máximo el potencial de nuestro coche eléctrico incluso en las condiciones más adversas.

 

Las baterías de iones de litio, presentes en la mayoría de los vehículos eléctricos, funcionan de manera menos eficiente a bajas temperaturas, ya que el frío ralentiza las reacciones químicas internas y aumenta la resistencia interna de la batería, lo que resulta en una menor capacidad útil y una recarga más lenta. Además, la calefacción del habitáculo, imprescindible en invierno, consume una cantidad significativa de energía, lo que agrava la pérdida de autonomía.

Una de las mejores formas de reducir el impacto del frío es precalentar el coche mientras todavía está conectado a la red eléctrica. La mayoría de modelos modernos permiten programar la calefacción desde el móvil o el sistema de infoentretenimiento, de modo que el habitáculo y la batería alcancen una temperatura óptima antes de iniciar el viaje. De esta manera, se utiliza la energía de la red y no la de la batería, preservando la autonomía para la conducción.

El uso de asientos y volantes calefactables, en lugar de la calefacción general del habitáculo, también contribuye a un menor consumo energético. Estos sistemas son mucho más eficientes, ya que calientan directamente al ocupante sin necesidad de elevar la temperatura de todo el interior del vehículo.

La conducción eficiente cobra aún más importancia en invierno; y adoptar una velocidad moderada, evitar aceleraciones y frenazos bruscos, y anticipar el tráfico, son claves para reducir el gasto energético. Además, mantener los neumáticos en la presión recomendada, ya que el frío tiende a disminuirla, ayuda a mejorar la eficiencia y la seguridad.

En cuanto al estacionamiento, siempre que sea posible, es preferible dejar el coche en garajes cubiertos o zonas resguardadas del viento y las heladas. Así las cosas, aparcar el vehículo bajo techo mantiene la batería a una temperatura más estable y minimiza la pérdida de calor, facilitando tanto el arranque como la recarga.

La planificación de rutas es otro aspecto fundamental en invierno, de manera que conviene prever paradas en puntos de carga rápida si el trayecto es largo y evitar apurar la batería hasta niveles mínimos, ya que la autonomía calculada puede variar en función de la temperatura exterior. En este co texto, es aconsejable llevar siempre el móvil cargado y las aplicaciones para localizar cargadores actualizadas, con el objetivo de evitar imprevistos desagradables.

En cualquier caso, aunque el invierno presenta retos adicionales para los conductores de coches eléctricos, una combinación de tecnología, buenos hábitos y planificación permite minimizar las pérdidas de autonomía, de manera que disfrutar de la movilidad eléctrica durante todo el año es perfectamente posible, incluso cuando el termómetro se desploma.

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