De momento solo se trata de un prototipo, pero la idea de la star-up alemana e-Revolt es convertir coches usados con motores de combustión en modelos 100 % eléctricos con un coste realmente razonable, un cambio de una propulsión a la otra que se realiza en tan un solo día de taller.
Así las cosas, esta joven empresa, que se dio a conocer en el pasado Salón del Automóvil de Múnich, se ha propuesto fomentar la electromovilidad sin necesidad poner nuevos coches en la carretera, haciéndola asequible para el gran público, ya que los conductores no tendrían que cambiar de coche, algo que podría ayudar a popularizarse, ya que simplemente los coches usados pasarían de usar gasolina o gasóleo a propulsarse con electricidad.
De esta manera, con un coste varía que va entre los 12.000 y los 15.000 euros, según el tipo de batería que se monte, se podría conseguir un eléctrico decente.
Uno de los promotores de la idea es Ralf Schollenberger, responsable de innovación de e-Revolt, que en el pasado ha trabajado para empresas relacionadas del sector automotriz y está familiarizado con el negocio de las garantías de vehículos, los ciclos de vida de los coches y los valores residuales.
Según Ralf, "no hay que demonizar los coches usados con motor de combustión que están en buen estado", y lo ejemplifica afirmando que "un amigo ya no puede conducir su Porsche Cayenne diésel por el centro de Múnich".
Por el momento se trata de un prototipo que, a primera vista, parece un Golf VII Variant, y que bajo el capó en el que anteriormente había un motor de cuatro cilindros, ahora lleva un bastidor patentado por esta compañía que alberga el motor eléctrico y el módulo e-CAN, una especie de interfaz entre el antiguo motor de combustión y el nuevo propulsor eléctrico.
En la versión que se produzca en serie, un nuevo sistema de infoentretenimiento permitirá acceder a datos como la autonomía o el control de carga de la batería; y además, promete actualizaciones Over The Air (OTA) on-line, sin necesidad de acudir al concesionario del software, a parte de tener conectividad total y carga bidireccional.
El prototipo utiliza un motor síncrono de imanes permanentes de Engiro con una potencia continua de 82 kW -110 CV- y 178 Nm de par; mientras que en la transformación en serie, el motor se regula para que la potencia continua corresponda a la que tenía originalmente el motor de combustión, de 85 a 150 kW -115 a 204 CV, con el objetivo de que que no sea necesario hacer cambios en el sistema de frenos y simplificar de esta manera el proceso de homologación. Además, si el cliente así lo quiere, se puede poner un motor más potente y mejorar los frenos para que la seguridad no se vea comprometida.
La batería del maletero de la marca Webasto, con 28 kWh netos, no restará espacio de almacenamiento cuando se fabrique en serie, y será del tipo litio-ferrofosfato (LFP), que al ser más compacta, ofrecerá de 35 a 40 kWh de capacidad y autonomía de hasta 250 kilómetros.
Por el momento sólo están trabajando con el mercado alemán y las conversiones deben realizarlas talleres independientes formados y certificados en modelos basados en la la plataforma MQB del Grupo VW, como el Golf o el Audi A3, pero desde la compañía aseguran que barajan extenderse a Europa y por lo tanto ae España, donde se tendrá que certificar y homologar el proceso de transformación a través de la ITV.
Como curiosidad, destaca que se esta conversión se puede realizar aunque el coche tenga cambio manual, un caso en el que utilizan la segunda velocidad para arrancar, de forma que se podrá cambiar a tercera para circular hasta una velocidad de 150 km/h. Además, se podrá reducir a marchas inferiores para recuperar energía.
Por último, destaca el hecho de que no necesita homologación propia, y las piezas retiradas, como el motor, el depósito o el tubo de escape, van al reciclador para tener una segunda vida, y todo ello con una garantía de dos años.