Los coches eléctricos con más autonomía son aquellos que superan los 400 kilómetros en condiciones reales en una autopista con una sola carga. Estos automóviles cuentan con una batería de entre 80 y 100 kWh especialmente eficiente. En este contexto, el reto para este tipo de vehículos pasa por la generalización de estaciones de servicio que permita recargas exprés, es decir, de no más de 10 minutos.
Aumentar la densidad energética de las baterías para que esto se generalice es una tarea por el momento demasiado cara, que llevará además tiempo de desarrollo. Pero hay una segunda opción para conseguirlo, que no es otra que conseguir que el cliente de los vehículos más caros pare en la estación de servicio el menor tiempo posible.
Tanto para las baterías más avanzadas como para las recargas más rápidas, los avances que están llegando en ambos sentidos se dejan ver ya en los vehículos de mayor coste, con el objetivo claro de justificar los precios más altos; y para este tipo de recargas rápidas, las plataformas de 800 voltios empiezan a ser abrazadas por la industria como el medio para que los conductores tengan la mínima fricción a la hora de pasar de pasarse al coche eléctrico.
El Porsche Taycan, el Audi e-tron GT, el Hyundai Ioniq 5 o el Kia EV6 fueron los primeros vehículos en montar plataformas de 800 voltios. Así las cosas, los SUV eléctricos de Hyundai y Kia cuentan con versiones que admiten recargas de hasta 240 kW de potencia, pasando del 0 al 80 % de las capacidad de la batería en 18 minutos; mientras que los modelos de Porsche y Audi se extienden cuatro minutos más para conseguir el mismo porcentaje debido a una mayor capacidad de la batería. Sin embargo, admiten potencias de hasta 270 kW.
La ventaja de las plataformas de 800 voltios es que admiten cargas muy altas; frente a los vehículos eléctricos asentados en plataformas de 400 voltios que admiten potencias más altas, pero no suelen pasar de lo 200 kW, y muchos tampoco cargan por encima de los 150 kW.
Hasta ahora, el número de cargadores que suministran electricidad por encima de los 300 kW son muy pocos, pero las compañías están promocionando su instalación, sobre todo, en las carreteras.
En la actualidad, Ionity y Repsol cuentan con cargadores en España que suministran electricidad a picos de 350 kW. Con esta potencia, una batería enorme de 100 kWh apenas tardaría entre 12 y 15 minutos para pasar del 0 al 80 %, siempre y cuando la batería esté correctamente atemperada para admitir la máxima carga posible.
Además, estas plataformas prometen albergar baterías de menor tamaño y peso, lo que redundaría en más kilómetros disponibles para hacer con una sola carga.
Así las cosas, buena parte de la industria ha iniciado una carrera por conseguir el coche eléctrico que tarde menos tiempo en cargar, siendo las baterías de estado sólido y 1.000 km el gran sueño a conseguir.
Según cuenta Bloomberg, siete de los 10 mayores fabricantes de vehículos elécgricos ya cuentan con planes sólidos para introducir plataformas de 800 voltios en el mercado; y van desde Stellantis, que tiene como objetivo popularizar esta arquitectura en vehículos generalistas, hasta BMW que son su Neue Klasse quiere utilizar ésta en seis nuevos lanzamientos a partir de 2025.
Pero no se trata de una cuestión que estén abordando sólo los fabricantes occidentales, sino que Xpeng ya cuenta con automóviles con plataformas de 800 voltios y Geely las monta también en su Zeekr 001, que necesita once minutos y medio para pasar del 10 al 80 % de la autonomía disponible en la batería.