Recientemente Bruselas anunció la puesta en marcha de un plan maestro automotriz tras escuchar a las partes involucradas en la electrificación del automóvil: fabricantes, plantas de producción, agentes sociales e incluso compradores. Ahora se ha conocido que este Plan de Acción Industrial está muy lejos de lo que esperaba el sector.
Por un lado, el plan supone un balón de oxígeno muy importante a los fabricantes de automóviles, pues retrasa tres años la puesta en funcionamiento de las multas por emisiones, de manera que los concesionarios no tendrán que enfrentarse a corto plazo a las temidas multas.
Hay que recordar que la doctrina CAFE establecía que a partir de este mismo año, los fabricantes cuyas ventas superaran los 93 gramos de emisiones de CO2 por kilómetro deberían hacer frente a unas multas millonarias que podrían superar los 16.000 millones de euros entre todas las marcas. Pero ahora se ha sabido que este plan quedará sin efecto.
En paralelo Bruselas ha puesto en marcha un plan de apoyo a la fabricación de baterías eléctricas en territorio europeo, pero que llega con algunos inconvenientes, como que los chinos tienen una ventaja de entre 3 y 5 años en esta tecnología, además de ser propietarios de las mayores reservas de tierra raras del mundo, imprescindibles para su fabricación, por lo que su ayuda es imprescindible.
De esta manera, parece claro que no habrá fábricas de baterías europeas sin la colaboración China, lo que obliga a Europa a abrir las puertas de las fábricas de baterías de par en par a los fabricantes chinos siempre que haya transferencia tecnológica a la firma europea que haga de socio en su despliegue en tierras comunitarias. Se trata de una sutuación similar a lo que hicieron los chinos en los años 90 con las marcas europeas de automóviles, pero al revés.
Pero la gran decepción llega cuando se ha constatado que Europa no pondrá en marcha ningún plan de ayuda a la compra de coches eléctricos, de manera que con este anuncio terminan las especulaciones que hablaban de que España habría estado esperando estas semanas a la llegada de este maná europeo para no anunciar la renovación del Plan Moves, algo que finalmente no se ha producido.
La llegada del coche eléctrico se ha convertido en una pesadilla para las marcas, y desde que terminaron las ayudas en España no se venden coches eléctricos, de manera que los dirigentes de la automoción española, vienen anunciando que sin ayudas, los pedidos de coches eléctricos se han ido a cero, mientras que en las últimas semanas, las entregas de coches eléctricos pertenecían a operaciones previas.
Así las cosas, estamos ante un plan europeo que trata de contentar a todos y a ninguno al mismo tiempo, ya que mientras que las marcas pueden estar contentas por no tener que pagar multas, también se quedan huérfanas de ayudas directas a las matriculaciones de coches eléctricos; y mientras tanto, el ala ecologista y más radical de Europa cree ver en este plan una marcha atrás en la imposición del coche eléctrico, aunque contenga medidas tan potentes como obligar a las empresas a que todas las flotas de más de 100 automóviles sean eléctricas.
Así las cosas, Bruselas deja a la deriva al automóvil europeo, y no habrá ayudas europeas para los compradores de coches eléctricos.