En 2025 entra en vigor la nueva normativa de la Unión Europea sobre emisiones de CO2 denominada Clean Air for Europe (CAFE), que reduce de manera significativa el máximo de la media de emisiones que deben cumplir el conjunto de coches vendidos por cada fabricante.
Una vez aprobada esta norma en 2025, el umbral será de 93,6 gramos por kilómetro, un listón muy exigente que obligará a muchas compañías a reaccionar para cumplirlo, para lo que tendrán que recurrir a diferentes métodos, entre los que destaca aumentar las ventas de coches eléctricos.
El problema es que, en caso de no cumplir con esos 93,6 gramos de CO2 por kilómetro, la Unión Europea impondrá unas duras sanciones de 95 euros por cada gramo excedido y por cada coche vendido, algo que puede llegar a suponer una cantidad ingente de dinero.
Ante esta nueva normativa, que entrará en vigor en 2025, solamente las marcas que venden sólo coches eléctricos o aquellas que matriculan mayoritariamente vehículos enchufables pueden estar tranquilas ante las multas que piensa imponer Bruselas para quienes no cumplan con el objetivo de emisiones.
De esta manera, a los fabricantes generales les va a costar cumplir el objetivo impuesto por la Unión Europea, aunque hay algunos mejor posicionados que otros, y todo, con la amenaza de China de fondo.
En 2023, se vendieron en Europa 1,17 millones de híbridos enchufables y 1,84 millones de eléctricos, lo que supone una cuota de mercado del 8 y 16 %, respectivamente. Eso hace un total de 24 % de cuota de mercado para los coches enchufables (eléctricos y PHEV), una cifra por debajo de la media de la UE e insuficientes para compensar las ventas de coches de combustión.
La realidad actual es que el mercado de coches eléctricos no ha respondido como esperaba la industria del automóvil, especialmente, las autoridades de Bruselas, de manera que según varios informes, para bajar hasta los 93,6 gramos de emisiones, será necesario alcanzar el 28 % de cuota sólo de eléctricos y mantener el 8 % de PHEV. Algo que se antoja como poco probable.
De esta manera, las marcas van a encontrarse básicamente con tres opciones: vender más coches eléctricos, algo que no será fácil, vender menos coches de combustión, o entregar en 2026 los vehículos de combustión que se vendan en los dos últimos meses de 2025.
Mientras tanto, el sector va a tenerescaso margen para ver cómo evoluciona el mercado de los coches eléctricos.
La última opción pasaría porque el sector convenza a la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para que retrase el nuevo tope de emisiones por dos años más, algo que ya reclaman desde la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).