Mientras Europa se debate sobre ponerle freno al coche eléctrico chino, dificultando la llegada de nuevos fabricantes con unas tasas que elevarán el precio de sus vehículos en función de quién produzca el coche, Marruecos se presenta como una puerta de entrada para esquivar estos aranceles.
Marruecos lleva años tejiendo una red industrial alrededor del automóvil, un contexto en el que el coche eléctrico se convierte en una oportunidad más para seguir ganando terreno.
De esta manera, para los fabricantes de automóviles, Marruecos se ha convertido en el país más interesante para producir sus coches a bajo coste e importarlos a Europa sin tener que rendir cuentas a nadie.
De esta manera, Stellantis, lleva tiempo produciendo allí sus automóviles de menor coste para el cliente y, por tanto, para los que es más complicado conseguir un margen de beneficios amplio si se produjeran en Europa. De hecho, Carlos Tavares ha explicado reiteradamente que no se pueden fabricar los coches que se quieren comprar.
Así las colas, del país aluita salen, por ejemplo, sus Citroën AMI, además de que este ha sido el motivo para que Fiat no pueda vender su Topolino con la bandera italiana.
Este grupo automovilístico lleva años apostando por Marruecos, con planes para aumentar sus inversiones y con el claro compromiso de convertirlo en el tercer motor productor del conglomerado. Pero Stellantis no es la única compañía que está actuando en este sentido.
Renault fabrica en Marruecos hasta seis modelos distintos, entre ellos el exitoso Dacia Sandero, y a estos grandes fabricantes se suman las empresas auxiliares, como las compañías españolas Gestamp, Antolin o Teknia, que también tienen una amplia presencia en aquel país.
Todo este despliegue ha provocado que Marruecos se haya convertido en uno de los grandes actores en la producción mundial de automóviles; de manera que el año pasado se exportaron un 87 % de los 535.000 coches que se fabricaron allí, aumentando un 30 % el volumen de exportaciones respecto a 2022 y representando el 25 % de las exportaciones totales del país.
Algunas fuentes apuntan a que las exportaciones de ese país deberían superar los 12.000 millones de euros este año, y a que la industria automotriz supone el 22 % del PIB marriquí, unas cifras que se han alcanzado gracias a un acuerdo que libera de aranceles las importaciones desde Marruecos, quienes se benefician, además, de una posición geográfica envidiable, con salida a los puertos del Mediterráneo y a los del Atlántico.
En este contexto, el país se ha convertido, por tanto, en un auténtico atractivo para los fabricantes chinos, tanto de coches eléctricos como de baterías. Para los primeros, porque los acuerdos comerciales les pueden servir como puerta de entrada a Europa para librar los aranceles a sus coches eléctricos pero con la ventaja de producir con una mano de obra más barata que la europea. Y para los fabricantes de baterías, porque Marruecos lleva años intentando atraer una planta que diversifique su posición dentro del mercado del automóvil y, además, pueda generar mayor tejido industrial en el país.
Esto ha provocado que numerosas compañías chinas se hayan interesado por este país, de manera que empresas como BTR New Material, Tinci, Shinzoom, Hailiang, Gotion High-Tech o CNGR Advanced Material habrían "tocado a la puerta" de las autoridades alauís, siendo el proyecto de Gotion High-Tech el que más probabilidades tiene de salir adelante.
Esta compañía se comprometió el año pasado a invertir 1.200 millones de euros, con una capacidad de 20 GWh, ampliable hasta los 6.000 millones y 100 GWh, en una planta de producción de baterías. Mientras tanto, en mayo de este año los fabricantes chinos de baterías Hailiang y Shinzoom anunciaron que prevén invertir 450 y 460 millones de dólares, respectivamente, en la zona industrial Tanger Tech.
A todo esto se suman otros planes como el de BTR New Material Group, que ya tiene el visto bueno del Estado marroquí para producir cátodos para las baterías en su suelo, al tiempo que ha dispuesto un terreno de 283 hectáreas para que CNGR Advanced Material levante su propia planta de baterías a 100 kilómetros de Casablanca.
A todo esto hay que añadir que Marruecos es en el décimo mayor productor mundial de cobalto y dispone de enormes yacimientos de fosfatos, al tiempo que desde el Gobierno vienen insistiendo en el interés por encontrar más y mejores yacimientos, asegurando que necesitan 24 minerales críticos para crecer, y que disponen de siete de ellos, aunque esperan ampliar sus posibilidades con nuevas minas que certifiquen si existen reservas aún sin explotar.