La cuota de coches eléctricos vendidos en España el año pasado fue del 12 %, una cifra exigua frente a la de Portugal, cuyo porcentaje de ventas de coches eléctricos durante el pasado 2023 llegó al 32 %, lo que indica que el mercado portugués triplicó en el pasado ejercicio la cuota de mercado de este tipo de vehículos en comparación con España.
En concreto, España cerró el último año con 113.776 coches eléctricos vendidos, lo cual corresponde a un 12 % de su cuota de mercado, mientras que en el caso de Portugal, la cifrá llegó al 32 %, con 6.650 unidades.
Además, en Portugal, la cuota de mercado de los vehículos electrificados aumentó del 26 % en enero de 2023 al 40 % en diciembre, mientras que en España el crecimiento fue del 11 % en enero al 15 % en diciembre.
En este contexto, muchos se preguntan cómo son posibles estas cifras, si la renta per cápita en Portugal es menor que en España, al tiempo que el precio de los coches eléctricos es más caro en todos los países.
Desde Anfac señalan que una de las razones es que en Portugal las ventas de este tipo de vehículos se han realizado mayoritariamente a empresas. De esta manera, según datos hasta octubre de 2023 de la Dirección General de Tráfico (DGT) y la Associaçao Automóvel de Portugal (ACAP), las empresas portuguesas compraron el 88 % de los coches electrificados, mientras que en España este canal de venta representó sólo el 62 %.
Además, en Portugal, las empresas que adquieren coches eléctricos o híbridos enchufables para sus flotas tienen bonificaciones fiscales, como la deducción de hasta el 100 % del IVA, lo cual no ocurre en España; por no hablar de que el Gobierno portugués concede hasta 4.000 euros de ayuda directa a cualquier persona que quiera comprar un VE cuyo precio no supere los 62.500 euros, y en el caso de tratarse de coches de empresa, la ayuda puede duplicarse con una bonificación de hasta 6.000 euros.
Asimismo, también pueden deducir la totalidad del IVA relacionado con la electricidad de las recargas, lo que hace que estas medidas sean muy atractivas para incentivar a las personas que quieran adquirir este tipo de automóviles; al tiempo que los coches eléctricos en Portugal tampoco pagan impuesto de matriculación.
Por otra parte, según ha explicado Arturo Pérez de Lucía, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive), el sector español se ha pronunciado en varias ocasiones sobre la transformación del MOVES III, destacando que “en Portugal, las ayudas son más bajas, pero al recibirlas al momento se incentiva la compra se convierten en la clave en la que tenemos que trabajar. El problema no es que la gente piense que no hay infraestructuras de recarga, es que no hay incentivos”.
Esta ha sido, desde el principio, la principal queja del sector sobre el Plan Moves III, y es que desde que el comprador lo solicita hasta que llega a sus manos, pasa, en promedio, más de un año, algo que ha provocado que muchos usuarios se resistan a cambiar su vehículo.
Otro de los puntos a favor de Portugal en comparación con el territorio español, es su extensa red de puntos de recarga. Según los últimos datos de Electromaps, el país luso cuenta con un total de 8.870 puntos de recarga, mientras que España cuenta con más de 20.000 enchufes, mucho más reducida proporcionalmente, al tener en cuenta la diferencia de extensión geográfica entre ambos países.
A diferencia de España, el progreso de Portugal se debe a su compromiso temprano y constante con la descarbonización. Entre 2008 y 2010, implementaron una red de carga nacional llamada MOBI.E, asegurando una operación coordinada y sencilla para los usuarios, una red que es gestionada por una empresa pública perteneciente al Ministerio del Medio Ambiente, encargada exclusivamente de gestionar toda la infraestructura de recarga.
Esta red incluye más de 20 proveedores de energía y más de 90 operadores de estaciones de carga; pero lo mejor es que Portugal ha logrado a través de este oprador la universalización del método de pago en todos sus puntos de recarga, de manera que los usuarios sólo necesitan un contrato con un comercializador de energía de movilidad eléctrica y una tarjeta o app para recargar su vehículo eléctrico.
En la actualidad, el 37 % de los 4.500 puntos de recarga son de carga rápida (entre 60 y 90 minutos) o ultrarrápida (menos de una hora). Además en este país se produjo al rápido despliegue del sistema, que inicialmente fue financiado con dinero público, permitiendo la recarga gratuita durante cinco años.
Pero además de estos años de gratuidad, Portugal diseñó un sistema unificado para evitar la fragmentación, basándose en la red Multibanco, un cajero universal donde se puede retirar dinero o pagar facturas independientemente de la entidad financiera del usuario.
Por contra, en el territorio español, la red la conforman un total de 80 empresas. “Lo que sucede en Portugal es que se obliga a los operadores a que tengan que integrar sus puntos de carga pública en MOBI.E, y cuando accedes a una de las apps de cualquier CPO, tienes disponibles todos los puntos de carga públicos, con independencia del operador”, señala Pérez de Lucía, que explica que “en España y en el resto de Europa, lo que existen son plataformas de interoperabilidad que, mediante acuerdos con operadores de recarga, ofrecen una red muy amplia de puntos de recarga gestionables desde una misma app y, por otro lado, los operadores de puntos de recarga cierran acuerdos directos entre ellos con el mismo fin”.
Otro factor clave para el éxito del coche eléctrico en Portugal es el precio de la gasolina, ya que según el boletín de precios de carburantes de la UE, publicado por la Autoridad Reguladora de los Servicios Energéticos (ERSE), los precios medios de venta de la gasolina 95 simple en este país entre enero y marzo fueron superiores a la media de los 27 países de la Unión Europea, situándose en el noveno lugar entre los países con los precios más altos.