La Unión Europea ya ha dado luz verde a los aranceles definitivos a los coches eléctricos chinos, y la respuesta del país asiático no se ha hecho esperar. Además de elevar los impuestos al brandy europeo y estar estudiando hacer lo mismo con la carne de cerdo, de la que España es su principal importador, el país asiático estudia elevar los aranceles a los coches de gran cilindrada que salen de las plantas europeas y se venden en su mercado.
De esta manera, el Ministerio de Comercio de China ha asegurado que el Gobierno del país “ya está estudiando medidas que incluyen el aumento de los aranceles sobre los coches importados de gasolina con gran cilindrada”, una medida que, según dicen, "salvaguardará los derechos de las empresas chinas”.
Estas medidas proteccionistas responderían "con la misma moneda" a las adoptadas por Europa hace sólo unos días, y no sólo se centrarán en los coches, sino que los importadores de brandy europeo “tendrán que pagar un depósito de hasta el 39 % del valor del brandy a partir del 11 de octubre”.
Estas medidas antidumping temporales a las importaciones de brandy procedentes de la UE, afectan sobre todo a marcas procedentes de Francia, quien votó a favor de los aranceles a los coches chinos. Entre ellas, destacan marcas como Hennessy, Remy Martin, Remy Cointreau o Pernod Ricard.
Con anterioridad, el Ministerio de Comercio chino habría descubierto que los destiladores europeos vendían brandy a un precio inusualmente bajo para su mercado, pero “en un gesto de buena voluntad”, las investigaciones estaban paradas... hasta ahora.
Lo siguiente podría ser la resolución de una investigación antidumping en curso sobre los productos porcinos importados de la UE, sobre la que China ya avisó en su día que tomaría decisiones “objetivas y justas” cuando concluyera. En este caso el país más perjudicado sería España, pues somos el principal exportador de carne de cerdo al país asiático, acogiendo un 21 % del total.
Pero quizás la medida más impactante, sobre todo para el mercado alemán, es que el país asiático ha avisado de que está considerando un aumento de los aranceles sobre las importaciones de vehículos con motores de combustión de gran cilindrada, ya que las exportaciones de vehículos de alta gama con motores de 2,5 l o más a China alcanzaron los 1.200 millones de dólares el año pasado.
Las conversaciones entre ambas partes continúan, y no se descarta que estos anuncios chinos solo sean un intento de Pekín de presionar a Bruselas para encontrar una alternativa a los traídos y llevados aranceles a sus coches eléctricos.
La Comisión Europea publicará los resultados definitivos de su investigación sobre las subvenciones chinas a los vehículos eléctricos a finales de este mes, pues los aranceles entrarían en vigor a partir del 31 de octubre, con una vigencia de cinco años. Por ahora, los nuevos aranceles de la UE a los vehículos eléctricos fabricados en China oscilan entre el 7,8 % de Tesla, que es el más bajo porque la empresa recibe pocas subvenciones en China, y el 35,3 % de los fabricantes que no cooperaron con la investigación de la UE. Con el 10 % extra recién aprobado y aplicado a las importaciones en la UE, los tipos llegarán al 45 % en el caso de SAIC, una de las marcas más perjudicadas.