Luca de Meo, presidente de Renault, sorprendió en la primavera lanzando una carta abierta a los europeos en la que la compañía francesa explicaba que la cooperación entre compañías era imprescindible para evitar que el viejo continente juegue en desventaja, ya que según él, "EE.UU incentiva, China planifica estratégicamente y, mientras tanto, Europa regula".
Según el CEO de Renault, es necesario combatir desde pilares básicos como reducir la dependencia en materias primas y semiconductores, impulsar el hidrógeno o fomentar las colaboraciones entre empresas europeas para reducir costes, y es en este punto en el que el directivo se ha referido a la creacion de una especie de "Airbus del automóvil".
De esta manera, ha llamado a crear una gran asociación europea del automóvil, o a llegar a un acuerdo de colaboración en principio entre Stellantis y Renault, que ya había saltado a los medios de comunicación. Entonces, John Elkann, presidente de Stellantis, rechazó estas informaciones, aunque hay quien sostiene que la fuente original de los rumores podría surgir del mismísimo gabinete de Emmanuel Macron.
En Francia, el Estado tiene participación en el accionariado de sus grandes compañías, por lo que, según las informaciones que hablaban de una colaboración, habría propuesto su fusión ante la amenaza de los fabricantes chinos. Así las cosas, el país galo ha sido uno de los Estados más involucrados en cerrar las puertas a China, y ya decidió sacar sus ayudas públicas a la compra a los vehículos eléctricos que se fabricaran allí, y ha sido una de las más interesadas en levantar los aranceles al coche eléctrico chino.
Con el paso del tiempo los rumores sobre la fusión de ambas compañías se fueron enfriando, pero en junio volvieron a tomar fuerza las voces que hablaban de acuerdos de colaboración entre dos gigantes europeos. Esta vez Renault volvía a estar en el punto de mira pero era con la compañía alemana Volkswagen con quien se la había asociado.
Ambas compañías habrían intentado llegar a un acuerdo para lanzar un coche eléctrico de 20.000 euros, pero las conversaciones se habían roto, ya que los altos costes productivos, tanto en materias primas como la inversión en el ámbito laboral, impidieron que los dos gigantes alcanzaran un acuerdo.
Pese a todos estos inconvenientes, Renault sigue generando titulares relacionados con una posible alianza entre grandes fabricantes, y ahora, el diario italiano Il Sole 24 Ore asegura que el 15 de octubre está programada una reunión entre Carlos Tavares, CEO de Stellantis, Oliver Zipse, CEO de BMW, y Luca de Meo, CEO de Renault, aprovechando el Salón del Automóvil de París.
La entrada de BMW en la jugada tiene sentido, ya que la compañía podría estar buscando alternativas para reducir costes en la producción de coches eléctricos de pequeño tamaño, toda vez que su Mini Cooper eléctrico estará gravado con los aranceles que se impongan a Great Wall Motores, en cuya planta se fabrica el coche en China.
Pero, además, hay que tener en cuenta que Renault hace tiempo que habla de apostar por el hidrógeno, hasta el punto de que ha presentado un prototipo con un concepto de híbrido enchufable de hidrógeno, donde se combina una gran batería eléctrica con la pila de combustible.
Al mismo tiempo, BMW es una de las firmes defensoras del hidrógeno como fuente de energía del futuro en Europa y, de hecho, llegó a un reciente acuerdo con Toyota para seguir investigando en este sentido.
Parece que Carlos Tavares ha rechazado de nuevo las informaciones que apuntan a una posible colaboración entre los dos fabricantes franceses, calificando éstas de "pura especulación". Sin embargo, todo parece seguir abierto, aunque poner a Airbus como ejemplo exitoso de cooperación europea ha sido criticado por algunos expertos. Con todo, la idea no se ha descartado, y siempre podría activarsela como reaccion al poderío chino en el sector.
