Durante años, uno de los mayores problemas a la hora de comprar un coche eléctrico en España ha sido la falta de cargadores disponibles, lo que generaba la conocida “ansiedad de autonomía” que ha hecho dudar a miles de conductores, que veían con recelo la escasa red de puntos de recarga y el tiempo necesario para llenar la batería. Ahora, la infraestructura de carga en España empieza a coger velocidad gracias a un rápido crecimiento de los puntos de carga ultrarrápida, que prometen revolucionar la experiencia de viajar en coche eléctrico.
Según datos de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE), los puntos de recarga pública de 50 a 250 kilovatios de potencia han aumentado un 60,86 % en lo que va de año; mientras que los que superan los 250 kW han crecido un 38,86 %. Incluso, los puntos de recarga rápida de 22 a 50 kW han experimentado un incremento del 22,89 % solo en los primeros cinco meses de 2025.
Según los expertos, se trata de una transformación imparable, ya que hasta la fecha, cargar la batería de un coche eléctrico podía suponer varias horas de espera, pero con los nuevos cargadores ultrarrápidos, los tiempos se reducen drásticamente, y en apenas 10 o 15 minutos es posible obtener carga suficiente para recorrer cientos de kilómetros, cambiando por completo el concepto que teníamos de los coches eléctricos, y permitiendo que atravesar el país en este tipo de coches sea algo perfectamente viable a día de hoy.
Así las cosas, la AEDIVE ha destacado que en estos primeros meses de 2025 se está consolidando el despliegue de estas infraestructuras de alta potencia en vías interurbanas, es decir, en autovías y carreteras principales, que es justo donde más se necesita, para acabar con el miedo a quedarse tirado en medio de un viaje largo.
Por otra parte, los operadores de puntos de recarga, lejos de aflojar el ritmo, continúan acelerando su esfuerzo para extender esta red, de manera, que en la actualidad, el mapa de recarga pública en España cuenta ya con 46.684 puntos operativos a fecha de 1 de junio de 2025, lo que supone un incremento del 2,9 % respecto al cierre de 2024, y refleja una tendencia sostenida que viene de años anteriores.
Este auge indica, por un lado, que la apuesta de las administraciones públicas, las eléctricas y los operadores privados empieza a dar sus frutos, al tiempo que refleja una demanda creciente motivada por el hecho de que cada vez más conductores españoles están optando por el coche eléctrico, empujados por las normativas medioambientales, por la mejora de la oferta de vehículos, por los incentivos económicos y, ahora además, por una infraestructura de carga cada vez más completa.
Según las últimas estimaciones, una carga completa para un coche eléctrico medio en España puede situarse entre los 8 y los 15 euros, dependiendo del punto de carga utilizado, la tarifa contratada y el modelo del vehículo, un coste que, comparado con el precio actual del combustible, es muy competitivo.