El impulso al vehículo eléctrico en España sigue dependiendo, en gran medida, del apoyo público, según las principales conclusiones de un estudio sobre el proceso de compra en los concesionarios, cuyos datos concluyen que la transición hacia modelos electrificados no avanza sin ayudas, hasta el punto de que un 37,8 % de los encuestados afirma que no se plantearía adquirir un coche eléctrico en ausencia de incentivos directos, y otro 41,7 % sólo lo haría si las ayudas son claras, accesibles y libres de trabas burocráticas.
Además, según los participantes en el estudio, el tipo de apoyo también importa, y para el 44,5 % de los compradores, la medida más eficaz son las ayudas directas en el momento de la compra, mientras que un 33,1 %, considera que los incentivos fiscales podrían ser el elemento decisivo para optar por hacerse con un vehículo electrificado.
El estudio apunta que, aunque la sostenibilidad preocupa, no moviliza por sí sola, ya que el 68,1% de los ciudadanos españoles descarta por ahora la adquisición de un vehículo eléctrico. Entre los frenos más citados destacan el precio (65,8 %), la autonomía (52,5 %), la falta de infraestructura de recarga (43,3 %) y la inseguridad en torno a las ayudas públicas (29 %), y todo sin tener en cuenta una mala gestión del Plan Moves y la necesidad de las marcas de adelantarlo a los compradores tras demorarse los pagos hasta dos años.
Sin embargo, la experiencia posterior es positiva, de manera que el 75,2 % de quienes ya lo han probado volvería a comprar uno, lo que sugiere que muchas de las reticencias se disipan con el uso real del vehículo. Sin embargo, los puntos de carga no gozan de la confianza general de los conductores, y se percibe que hay pocos (42 % de acuerdo), son difíciles de encontrar (47 % de acuerdo), muchos no están operativos (40 % de acuerdo) y falta información clara y unificada (46,2 % de acuerdo).
En este contexto, el 74,8 % de los españoles se decantaría todavía hoy por adquirir un vehículo de combustión, gasolina, diésel o híbrido convencional antes que pasarse al eléctrico.
Pese al auge del comercio digital, los concesionarios mantienen su papel protagonista en el proceso de compra de coches en España. Según el estudio, el 90,3 % de los compradores recientes adquirió su vehículo en uno de estos establecimientos, que obtienen una valoración media de 7,9 sobre 10.
La experiencia presencial sigue siendo decisiva, especialmente por el trato personalizado (67,7 %), la confianza en el vendedor (54,9 %) y la claridad informativa (47,8 %), algo que es extrapolable a lo que ocurría hace unos años con las webs de ropa, que no gozaban de la confianza de la gente al no disponer de un lugar físico al que acudir en caso de desperfectos, devoluciones o cualquier otra necesidad.
Además, el canal físico no solo resiste, sino que se proyecta con fuerza hacia el futuro, y el 95,9 % de los compradores potenciales tiene previsto visitar un concesionario en su próxima operación, mientras más de tres de cada cuatro (78,2 %) planea formalizar allí la compra. Además, para muchos, sigue siendo un punto de inflexión en el proceso, de manera que el 40,4 % lo considera la fuente de información más influyente a la hora de tomar la decisión.
Esta preferencia por el canal tradicional contrasta con la tímida penetración del modelo on-line, y frente a esa confianza en el canal presencial, la opción de compra digital apenas ha calado, de manera que sólo un 3,7 % de los encuestados completó la operación por internet y, entre ellos, la mitad asegura que no volvería a hacerlo. De hecho, un 71 % afirma que no se sentiría cómodo comprando un coche sin pasar por el concesionario.
El informe refleja además un comportamiento híbrido, de manera que muchos compradores consultan webs de fabricantes (65,5 %) y portales especializados (60,5 %), pero el momento clave sigue ocurriendo en el concesionario. En total, el 58,8 % declara que consulta entre tres y cinco fuentes antes de decidirse.
El precio es el factor más decisivo para el 80,7 % de los encuestados, seguido del consumo y la fiabilidad de la marca. Sin embargo, también se valora cada vez más la rapidez de entrega, con un 43,6 % que estaría dispuesto a pagar algo más si puede tener el coche antes, algo que refuerza el papel del concesionario como canal con mayor capacidad de respuesta, y expone el papel que están tomando las marcas chinas de tener una mayor presencia en todo el continente europeo.
La edad del vehículo actual sigue siendo el principal desencadenante para plantearse un cambio tal y como señala el 46,1 % de los compradores. Le siguen los motivos personales o familiares (31,2 %), la búsqueda de un menor consumo (28 %), o el cambio en el distintivo medioambiental para poder circular por zonas restringidas (24 %).