Firefly, la nueva marca de coches eléctricos asequibles de NIO, llega a Europa

Firefly, la nueva marca de coches eléctricos asequibles de NIO, llega a Europa

Firefly, la nueva marca asequible de NIO, acaba de iniciar su desembarco en Europa con el objetivo de conquistar el segmento de los coches eléctricos urbanos de bajo preecio, en una lucha por captar la atención de los compradores más pragmáticos.

 

Firefly es la apuesta de NIO para introducir una gama de modelos accesibles sin comprometer la imagen premium de su enseña principal, y Europa se ha convertido en su primer gran campo de pruebas, de manera que a diferencia de Onvo, la otra submarca del fabricante que aún no ha revelado sus planes para el Viejo Continente, Firefly ya ha comenzado sus operaciones.

El caso es que el primer lote de vehículos ha partido recientemente del puerto de Waigaoqiao, en Shanghái, rumbo a los primeros países europeos donde se lanzará comercialmente.

NIO, fundada en 2014 por William Li, ha conseguido posicionarse como uno de los referentes en el mercado de vehículos eléctricos en China. Sin embargo, su ambición es global, y para ampliar su presencia en Europa sin diluir la identidad de su marca principal, el fabricante ha optado por una estrategia cada vez más común entre los grandes grupos automovilísticos: lanzar submarcas enfocadas a diferentes nichos del mercado.

Así las cosas, Firefly nace bajo esta premisa y su primer modelo se inscribe en el segmento B eléctrico, donde competirá directamente con propuestas como el futuro Renault 5 E-Tech, el BYD Dolphin Surf o el Volkswagen ID.Polo.

La gran diferencia será el precio, ya que mientras la mayoría de sus rivales europeos parten de los 25.000, el nuevo modelo Firefly promete una entrada agresiva en el mercado, que podría agitar los márgenes y acelerar la guerra de precios en un segmento donde la rentabilidad es mínima pero la escala es importante.

El pasado mes de de agosto, NIO abrió el proceso de reservas de Firefly en Europa, comenzando con entregas en Noruega y Países Bajos, dos mercados en los que la marca ya está presente con otros modelos. En esta fase inicial, el coche también llegará a Bélgica, Dinamarca y posteriormente a Austria, Grecia y Portugal.

España, por ahora, no tiene fecha oficial confirmada, aunque desde hace meses se conoce la intención de NIO de incluir nuestro país en sus planes de expansión, de manera que la duda ya no es si llegará, sino cuándo.

El caso es que en mercados como el español, donde los pequeños coches eléctricos de bajo coste pueden beneficiarse de ayudas como el Plan MOVES III, el Firefly tendrá un buen margen de penetración si logra mantener su agresivo posicionamiento en precio.

Bajo su diseño compacto, el Firefly esconde un tren motriz completamente eléctrico de 141 CV (105 kW) y tracción trasera, alimentado por una batería LFP (litio-ferrofosfato) de 42,1 kWh. En su país de origen, este sistema logra una autonomía homologada de hasta 420 km bajo el ciclo CLTC, aunque en Europa esa cifra se reduce a unos más realistas 330 km, según el protocolo WLTP. Esto lo sitúa en una posición competitiva dentro de su categoría, ya que muchos rivales directos apenas superan los 300 km de autonomía.

Por otra parte, Firefly ha obtenido altas calificaciones en materia de seguridad por parte de organismos independientes, obteniendo una buena puntuación oficial bajo los exigentes test de Euro NCAP.

En cuanto a precio, el Firefly arranca desde unos 23.500 euros en su configuración más básica, antes de aplicar descuentos o ayudas gubernamentales, una tarifa que lo coloca como una de las opciones más asequibles dentro del ecosistema eléctrico urbano.

Desde su salida a producción, el pequeño urbano ha conseguido matricular más de 26.000 unidades, una cifra notable teniendo en cuenta que aún se encuentra en una fase temprana de vida comercial.

En cualquier caso, la marca deberá enfrentarse a obstáculos logísticos, regulatorios y de percepción de marca, pero a su favor juega el hecho de que NIO no es una recién llegada, y su experiencia en conectividad, gestión de baterías e innovación tecnológica le da un margen de ventaja frente a otros fabricantes emergentes.

Así las cosas, el Firefly no es un nuevo coche eléctrico más, sino que representa un cambio en el enfoque de NIO hacia un mercado global, más accesible y masivo; y su llegada a Europa marca el inicio de una etapa en la que los eléctricos urbanos podrían dejar de ser una opción de nicho para convertirse en protagonistas del día a día.

Por suerte, España, aunque aún sin fecha concreta, parece estar en el radar de la marca, y no sería sorprendente que lo viéramos en nuestras carreteras antes de que finalice 2026.

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