Un reciente estudio ha demostrado que los coches eléctricos no son tan ecológicos como se pensaba, debido a que la contaminación es inevitable si se tiene en cuenta todo el proceso de fabricación del vehículo, el suministro de electricidad o el reciclaje de las piezas.
Los coches eléctricos suelen presentarse como una de las soluciones a los problemas de movilidad de miles de ciudades, motivo por el que gobiernos de todo el mundo apuestan por esta alternativa sostenible asegurando que se trata de un sistema cero emisiones. Ahora, un nuevo estudio ha desmentido algunas de las mayores desinformaciones relacionadas con este asunto con este tipo devehículos.
De esta mamnera, un equipo de investigación ha analizado si los consumidores que compran un coche eléctrico generan huella de carbono, y han concluido que la contaminación es inevitable desde el punto de vista de la fabricación del vehículo, el suministro de electricidad o el reciclaje de las piezas, y los han comparado con los coches de combustión para comprobar si merecen la pena.
El estudio realizado por la Universidad de Turku (Finlandia) ha contado con la participación de 3.857 conductores. Nils Sandman, Elisa Sahari y Aki Koponen han analizado su estilo de vida, el uso que realizan del automóvil, opiniones acerca del medioambiente y su experiencia utilizando coches eléctricos.
Pues bien, la investigación ha demostrado que los niveles de contaminación que generan están relacionados con los ingresos y el estilo de vida, y no tanto con el fabricante, de manera que las personas que compran estos vehículos tienen unas características en común: son jóvenes, con un alto nivel de ingresos, conducen mayores distancias, pueden cargar el coche en su casa, tienen interés por la tecnología y un estilo de vida urbano.
El estudio demuestra que la menor contaminación durante la conducción no compensa la mayor huella de carbono que se emplea para cargar los vehículos.