Entre las normas que están por venir de la Unión Europea, cuyo Parlamento ha sido recientemente renovado, destaca la dedicada a los vehículos eléctricos nuevos y sus baterías, de manera que que a partir de febrero de 2027, todos los coches eléctricos que se homologuen en Europa deberán llevar un pasaporte de su batería.
Con este pasaporte, el usuario o el comprador, en el caso de coches de ocasión, podrá conocer toda la información posible sobre la batería del coche eléctrico, ya sea el estado en el que se encuentra, como su desgaste, las materias primas utilizadas. o de qué parte del mundo procede.
También se podrá averiguar con este documento el porcentaje de materiales reciclados, y calcular la huella de carbono de la batería.
Cuando este pasaporte esté extendido, será necesario, por ejemplo, para quienes buscan coches eléctricos de segunda mano, ya que podrán mirar de manera sencilla la vida útil de la batería del vehículo.
La manera de acceder a este pasaporte será de lo más sencillo, y solo bastará con escanear un código QR como si de una carta de restaurante o cafetería se trata, y que se podrá encontrar en un punto accesible del vehículo. Por ejemplo, Volvo ha pensado que ese sitio podría ser el marco de la puerta, donde de manera habitual miramos la pegatina en la que se indican las presiones recomendadas por el fabricante.
Aunque aún queden casi tres años para que entre en vigor esta medida, Volvo va a implementar esta novedas desde ya mismo, partiendo de su nuevo EX90, un SUV eléctrico que está destinado a ser el buque insignia de la marca sueca y que pronto se comenzará a fabricar.
Posteriormente, la marca también implementará este pasaporte de las baterías en todos los modelos eléctricos que vayan saliendo al mercado.