Siguiendo la estela del ya ex-presidente de Anfac y CEO de Seat, Wayne Griffiths, Stellantis y Volkswagen han avisado al Gobierno español de que sus inversiones en el coche eléctrico en España no están garantizadas, y han indicado: "Vamos para atrás. ¿Dónde está la red de carga?".
De esta manera, han sido los empresarios extranjeros que más inversión comprometen en España con los fondos europeos, los que han evidenciado la incapacidad del Gobierno para ejecutar sus propios compromisos, recoirdando además que "sólo han pasado siete meses desde la investidura".
Según cuenta el diario El Mundo, el consejero delegado de Seat, Wayne Griffiths, telefoneó reecientemente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que este no se enterara por la prensa de su decisión de dimitir como presidente de la patronal de automoción Anfac al estar "decepcionado" con el líder socialista. Según él, Sánchez no ha cumplido ninguna de las promesas que hizo el pasado febrero en un evento organizado por la propia Anfac y Griffiths quiere liberarse de su puesto institucional para dar los pasos que, lamentablemente, puede tener que dar desde Seat y su matriz Volkswagen.
Así las cosas, fuentes conocedoras de la convesración han señalado que, a partir de ahora, no hay que dar por hechas las inversiones anunciadas por Volkswagen de 10.000 millones en España, y avisan de que "no hay que darlas por garantizadas, ni en el montante ni en el calendario, porque tampoco el Gobierno está cumpliendo".
Parece que lo mismo hizo desde Michigan (EEUU), el presidente de Stellantis y primer fabricante de automóviles en España, el portugués Carlos Tavares, que le dedicó al gobernante español una duras palabras: "No vamos a utilizar el dinero de nuestros accionistas para invertir en algo que los clientes no quieren, obviamente; pero ésa no es la decisión de Stellantis, ése es el marco en el que se ha puesto la industria del automóvil", para añadir que "debido a este desalineamiento", habrá "un cierto número de ajustes", haciendo alusión a que no pueden invertir en coches eléctricos si no hay mercado para ellos porque, entre otras cosas, gobiernos como el español no dan los incentivos fiscales prometidos para atraer clientes.
Si repasamos las promesas del propio Sánchez ante Anfac, nos encontramos con que prometió cambiar "en semanas" el programa Moves en vista de que las ayudas fiscales están mal diseñadas, pero no lo ha hecho... hasta el punto de que desde el Ministerio de Hacienda han comunicado a Anfac que, al no haber presupuestos del Estado, no hay dinero garantizado para continuar el programa cuando venza este verano.
Otra promesa fue la Ley de Movilidad Sostenible, que sigue en el Congreso a la espera de apoyos tras 17 ampliaciones del plazo de presentación de enmiendas desde su entrada el pasado febrero; a ,o que hay que unir que cada vez es más quimérico el compromiso que contrajo Sánchez de "hacer de España el gran hub de la electromovilidad del sur de Europa".
Así lo trasladó Griffiths a su matriz Volkswagen, pero la realidad, según dice ahora ante la junta directiva de Anfac, es que "vamos hacia atrás", tal como demuestra un reciente informe de Cepsa que recoge que "en el parque móvil nacional había al cierre de 2023, 466.178 vehículos eléctricos, lejos del objetivo de 5,5 millones que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima recoge para 2030. Son datos que contrastan con el avance que se está produciendo en el resto del mundo". Es decir, al Gobierno le queda aún conseguir el 90 % de su propio plan.
Con todo, Griffiths tuvo el gesto de no anunciar su dimisión hasta después de las elecciones europeas, porque habría podido usarse, con fundamento, contra la candidata socialista Teresa Ribera.
En cualquier caso, tras llamar a Sánchez, habló también con el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, tras lo que éste podría presentar medidas contra Ribera, que además podrían recibir apoyos de PNV y Junts.
