Arval Consulting ha elaborado un libro blanco denominado Vehículos eléctricos para flotas: disipando los mitos alrededor de los EV, en el que aborda la principales falsas creencias del público alrededor de los vehículos eléctricos, y en el que se analizan en profundidad algunos falsos mitos de este tipo de vehiculos.
Así las cosas, el libro blanco de Arval Consulting aporta valiosos datos basados en la extensa experiencia de la compañia con los coches eléctricos, y que aporta como principal conclusión que, con una estrategia adecuada, las flotas pueden aprovechar al máximo los beneficios de los vehículos eléctricos.
La publicación destaca que cada organización tiene sus propias limitaciones operativas, patrones de uso de vehículos, objetivos de sostenibilidad y consideraciones financieras que se deben evaluar cuidadosamente, pero para una transición exitosa, es necesario ver más allá de los mitos y explorar las opciones basadas en hechos y datos, teniendo en cuenta todos los incentivos disponibles, los posibles ahorros de costes y los beneficios operativos, junto con el impacto ambiental de la adopción de vehículos eléctricos.
Los principales faltos mitos en este sentido demontados por Arval Consulting son:
- Los vehículos eléctricos son demasiado caros
El coste total de propiedad de los eléctricos es un 10 % inferior al de los vehículos con motor de combustión interna y a los híbridos. Los vehículos eléctricos a menudo tienen costes iniciales más altos, pero esta brecha está disminuyendo. Ademas, las ayudas de los gobiernos y el descenso del precio de las baterías pueden mejorar aún más esta situación; aunque la verdadera palanca para la electrificación son los beneficios reales de los eléctricos a largo plazo: menores costes de funcionamiento y huella ambiental.
Así las cosas, los coches eléctricos ofrecen ahorros por sus menores costes de energía (un 42 % y un 21 % inferiores a los de un gasolina y un híbrido, respectivamente), mantenimiento (los vehículos de combustión tienen un 66 % más de costes de servicio, mantenimiento y reparación, mientras que en los híbridos este coste es un 49 % superior) y gastos operativos.
- Los vehículos eléctricos no tienen suficiente autonomía
Gracias a la mejora de las baterías, el desarrollo de la infraestructura de carga y la optimización por el uso de la telemática, las limitaciones actuales por la autonomía son fáciles de superar. La autonomía media actual de los eléctricos cubre la gran mayoría de la operativa de las flota, y los sistemas telemáticos ofrecen datos en tiempo real sobre el estado de la batería, la autonomía y los patrones de conducción, y permiten controlar el consumo de energía en función de la carga útil, los hábitos de conducción y las condiciones meteorológicas.
Esto significa que puede planificarse con precisión el uso del vehículo en función de las necesidades y aumentar la eficiencia operativa en todos los ámbitos.
- La carga es demasiado complicada
La infraestructura de carga está mejorando, y en la Unión Europea ya se ha pasado de 172.000 puntos de carga en 2020 a 821.000 en 2024. Además, las cargas son cada vez más rápidas, y cuentan con un menor tiempo de inactividad del vehículo. Por otro lado, los puntos de carga ya ofrecen opciones de pago simplificadas.
Además, los puntos de carga en los hogares de los empleados o en la oficina se están convirtiendo en una inversión estratégica para muchas empresas; y según los datos del Arval Mobility Obervatory, el 19 % de las organizaciones encuestadas en la UE tienen cargadores en las instalaciones de la empresa, y otro 32 % planea instalar puntos de carga en los próximos 12 meses; mientras que para otro 22 %, las empresas subsidian la instalación de cargadores domésticos.
- Las baterías se desgastan demasiado rápido
Después de su primer ciclo de uso, muchos vehículos eléctricos no solo siguen siendo funcionales, sino que siguen funcionando bien. En promedio, los vehículos eléctricos revendidos por Arval todavía tienen el 93 % de la capacidad de su batería original. De esta manera, el estudio indica que las baterías modernas de los vehículos eléctricos se degradan un 1,7 % anual de media, lo que significa que después de 7 años, todavía tendrán más del 85 % de su estado de salud (State-Of-Health)... y a los 200.000 km, el SOH medio se mantiene cerca del 90 %.
- Los coches eléctricos son malos para el medio ambiente
A lo largo de todo el ciclo de vida, un vehículo eléctrico emite, aproximadamente, la mitad de dióxido de carbono que un vehículo de combustión: entre 19,7 y 21,7 toneladas de CO2, en comparación con una media de 41,9 toneladas en los vehículos de combustión. El mix energético desempeña un papel crucial, pero incluso en países con una combinación energética con altas emisiones de carbono, los eléctricos siguen produciendo menos emisiones a lo largo de su vida útil.
Las mayores emisiones por la producción de baterías se compensan con las menores emisiones operativas del vehículo a partir de los 18.000 km, según datos de la UE sobre coches adquiridos en 2022.
- Es imposible electrificar flotas comerciales
Con los recientes desarrollos en la tecnología de baterías, la amplia variedad de modelos y las mejoras en la infraestructura de carga, la adopción de vehículos comerciales ligeros eléctricos (eLCV) no solo es posible, sino cada vez más práctica. Además, la electrificación de las flotas es una de las formas más eficaces de cumplir los objetivos de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y cumplir con los estándares regulatorios. Ademas, la mayoría de los vehiculos comerciales ligeros operan dentro de rutas diarias predecibles de 200 a 300 km, que están dentro de las capacidades de los vehículos comerciales eléctricos.
Al analizar y comprender los patrones de uso, los gestores de flotas pueden planificar los horarios de carga. Para una transición sin problemas, se debe evaluar cuidadosamente las necesidades operativas para determinar los vehículos más adecuados para cada caso de uso, ya sean vehículos eléctricos, PHEV o, a veces, vehículos de combustión interna, y buscar contratos de renting que alineen sus objetivos financieros y operativos.
También se debe tener en cuenta las necesidades de carga, analizar el coste total de propiedad y planificar la implementación en fases, empezando por los casos de uso más sencillos.