Un reciente estudio señala que los coches eléctricos permiten un ahorro sustancial en costes de mantenimiento, al compararlos con los vehículos de combustión interna, lo cual podría transformar la elección de compra de automóviles en un futuro cercano.
Según un estudio reciente realizado por The Car Expert, en colaboración con Clear Vehicle Data, el coche eléctrico es un 30 % más barato de mantener que el de combustión, aunque solo durante los 5 primeros años.
La simplicidad mecánica es la clave fundamental que impulsa este importante ahorro, ya que los coches eléctricos están diseñados con menos piezas móviles y prescinden de componentes críticos como aceite, embrague, filtros de combustible y sistemas de escape. Este diseño simplificado no sólo reduce el riesgo de averías, sino que también minimiza los costes de mantenimiento regular de manera sustancial.
Según el informe, basado en un análisis exhaustivo de 56 modelos diferentes, el 95 % de los vehículos eléctricos evaluados mostraron costes de mantenimiento inferiores a sus equivalentes de combustión.
En este sentido, Stuart Masson, director editorial de The Car Expert, ha subrayado la importancia de considerar estos aspectos ocultos pero cruciales del coste total de propiedad de un vehículo, al explicar que «aunque no siempre es lo primero en la mente de los consumidores al comprar un coche, los costes de mantenimiento tienen un impacto directo en la economía a largo plazo».
Aunque el estudio se enfocó principalmente en el mercado británico, sus conclusiones pueden extrapolarse a otros mercados internacionales debido a su metodología porcentual. De esta manera, en términos absolutos, los costes de mantenimiento promedio durante cinco años para un coche de combustión interna ascienden a 6.592 euros, mientras que los vehículos eléctricos registran un notable descenso, situándose en 4.644 euros.
Este desglose anual revela diferencias significativas desde el primer año hasta el quinto, mostrando ahorros que van desde el 17 % hasta el 33 %.
Entre los modelos estudiados se encuentran algunos casos particulares que ilustran los ahorros potenciales para los consumidores. El Opel Corsa Electric y el Fiat 500e, por ejemplo, muestran ahorros superiores al 30 % en comparación con sus versiones de gasolina, mientras que el MINI Countryman Electric ofrece una reducción cercana al 20 %.
El mantenimiento de un coche eléctrico suele ser más sencillo y económico que el de un vehículo de combustión interna, aunque sigue requiriendo una atención regular en varios aspectos esenciales. Así las cosas, se recomienda realizar una revisión general una vez al año o cada 30.000 kilómetros, siendo ideal una inspección completa anual.
La batería es uno de los componentes más importantes, y debe protegerse de temperaturas extremas, evitar cargas frecuentes al 100 % y utilizar preferentemente cargadores lentos, reservando los rápidos para trayectos largos. También es fundamental revisar los bornes y conectores con regularidad para prevenir la corrosión.
Otros elementos mecánicos y de seguridad también requieren cuidados específicos, como los neumáticos, en los que es esencial revisar la presión con frecuencia, vigilar el desgaste y realizar la rotación o alineación cuando sea necesario.
Los frenos, gracias a la frenada regenerativa, sufren menos desgaste, pero aun así es necesario comprobar periódicamente el estado de las pastillas y el nivel del líquido de frenos.
Además, los líquidos como el refrigerante, el de frenos y el del limpiaparabrisas deben revisarse y sustituirse según las indicaciones del fabricante; siendo importante revisar y cambiar el filtro del habitáculo cuando sea necesario, mantener en buen estado las luces exteriores e interiores y asegurarse del correcto funcionamiento del aire acondicionado.
En cuanto al sistema eléctrico, se debe comprobar el estado de los cables de carga, conectores y software del vehículo.
Por último, es fundamental seguir el plan de mantenimiento recomendado por el fabricante, incluyendo revisiones periódicas del sistema de carga, tomas de corriente y demás componentes eléctricos que puedan presentar desgaste con el tiempo.