Un nuevo estudio elaborado por Transport & Environment (T&E) concluye que la adopción masiva de coches eléctricos en Europa con tecnología de carga bidireccional, podría ahorrar miles de millones de euros al año a las empresas energéticas europeas y a los automovilistas en la próxima década.
No obstante, según el informe, para alcanzar este potencial, se necesita urgentemente un marco regulatorio que garantice la interoperabilidad entre vehículos eléctricos y cargadores en toda la Unión Europea.
Los coches eléctricos con carga bidireccional o ‘vehicle to grid’ (V2G) permiten devolver a la red parte de la energía eléctrica que se emplea a la hora de recargarlos, de manera que los usuarios pueden contener sus facturas de la luz a final de mes e incluso “ganar dinero”, como ha sucedido con una prueba piloto realizada en Australia.
Em cualquier caso, en España y en gran parte del resto de Europa, a pesar de los avances y los múltiples planes en marcha para fomentar el uso de cargadores bidireccionales en vehículos eléctricos, la posibilidad de ganar dinero devolviendo electricidad a la red es una meta inalcanzable a corto y medio plazo por muchos factores, entre los que destaca la normativa y la infraestructura actual.
De esta manera, para que la tecnología V2G funcione es necesario instalar cargadores bidireccionales de forma masiva que, además de ser más costosos de lo habitual, aún son pocos.
Algunos de los proyectos más avanzados en este sentido son el Proyecto V2G AC de Endesa X y Nissan, el Proyecto CIRVE o el Smart Solar Charging, en el que colaboran entidades públicas y privadas a nivel europeo.
Ahora, un nuevo estudio realizado por los institutos alemanes Fraunhofer ISI e ISE para T&E destaca que, de implementarse de forma masiva, “esta tecnología podría reducir los costes energéticos de la Unión Europea en hasta 22.000 millones de euros anuales de aquí a 2040, lo que supondría un ahorro acumulado de más de 100.000 millones de euros en la próxima década”.
Los vehículos eléctricos con capacidad de carga bidireccional actúan como baterías sobre ruedas, almacenando electricidad en momentos de exceso de oferta, como cuando hay gran producción de energía solar o eólica, y liberándola durante picos de demanda, lo que no sólo beneficia a los propietarios de vehículos, sino que también alivia la presión sobre las redes eléctricas europeas en su transición hacia fuentes de energía renovables.
El estudio, subraya que la adopción masiva de la tecnología V2G permitiría a los sistemas energéticos europeos “integrar hasta un 40 % más de capacidad solar fotovoltaica”, y además, “podría reducir en un 92 % la necesidad de baterías estacionarias para almacenamiento de energía en 2040”.
De ser así, los vehículos eléctricos “podrían cubrir hasta el 9 % de la demanda energética anual de la UE”, posicionándose como el cuarto mayor proveedor de electricidad del continente.
Fabian Sperka, responsable de políticas de vehículos de T&E, ha resaltado en este sentido que la carga bidireccional es clave para descarbonizar el sector del transporte, afirmandotelo que “los vehículos eléctricos ya están ayudando a reducir emisiones en las carreteras, pero su potencial no se detiene ahí. Con V2G, podríamos aprovechar baterías sobre ruedas para almacenar energía renovable, reduciendo así la necesidad de costosas infraestructuras de almacenamiento”.
Además de los beneficios para la red eléctrica, la carga bidireccional también puede suponer un ahorro importante para los automovilistas, ya que según el informe, “los conductores de vehículos eléctricos podrían reducir su factura anual de electricidad hasta en un 52 %, lo que equivale a un ahorro de hasta 780 euros anuales”.
En cualquier caso, aunque la carga bidireccional para vehículos eléctricos puede desempeñar un papel importante en la transición energética de Europa, e incluso ayudar a impulsar la adopción de los vehículos eléctricos, los informes apuntan a la necesidad de unificar y coordinar los requisitos técnicos de la normativa necesaria para ello en los distintos países.