La glicina es un aminoácido común que todos tenemos en el cuerpo y que tiene numerosos beneficios en la suplementación deportiva. Ahora se ha descubierto que además puede ser clave para el futuro del coche eléctrico, ya que utilizando este aminoácido, será posible reciclar casi en su totalidad los materiales que conforman una batería.
De esta manera, cuando una batería usada termina su ciclo de vida, se podra reciclar para fabricar una nueva sin necesidad de utilizar más litio, níquel, cobalto o manganeso.
El reciclaje de las baterías se ha convertido en uno de los mayores retos del momento, de manera que Europa quiere imponer el reciclaje por ley; y por otro lado, además de crecer la demanda de coches completamente eléctricos, cada vez se venden más micro híbridos, híbridos e híbridos enchufables.
La realidad es que cada vez se fabrican más baterías y eso genera el problema de que tarde o temprano, cuando los coches electrificados dejen de utilizarse, sus baterías se convertirán en un desecho electrónico que contamina demasiado como para no reciclarlo.
Hasta ahora, el reciclaje de las baterías no permitía aprovechar absolutamente todos los materiales que forman las baterías viejas, motivo por el que la ciencia trabaja en encontrar procesos que permitan reciclar el mayor porcentaje posible de los materiales con los que están fabricadas.
Así las cosas, un grupo de científicos chinos de la Universidad Central Sur de Changsha, la Universidad Normal de Gizhou, y el Centro Nacional de Investigación de Ingeniería de Materiales Avanzados de Almacenamiento de Energía Avanzada de aquel país, han encontrado una forma de reciclar el 99,9 % de los materiales de una batería.
El estudio, publicado en la revista Angewandte Chemie International Edition, concluye que la clave está en el uso de glicina, un aminoácido común que, en este caso, permite capturar iones metálicos de litio, níquel, cobalto y manganeso para evitar que formen subproductos tóxicos no deseados que contaminen los materiales reciclados.
Además, la glicina que sobra después del proceso de reciclaje, se puede reutilizar como fertilizante agrícola.
La idea de este proceso es utilizar la glicina para formar micro baterías dentro de la batería que se va a reciclar. Estas diminutas baterías ayudarán a descomponer los materiales de la batería vieja, haciendo que la extracción de los metales que la componen sea mucho más sencilla.
De esta manera, mezclando viejas partículas de batería con sal de hierro, oxalato de sodio y glicina líquida, se forma una capa de hierro en esas partículas que actúa como ánodo, mientras que el material de la batería que se recicla funciona como cátodo. Esta configuración desencadena una reacción que rompe la estructura de la batería para que el litio, el níquel, el cobalto y el manganeso se disuelvan por separado.
Se trata de un proceso rápido y eficiente que permite reciclar casi la totalidad de los materiales que forman la batería vieja, de manera que según el estudio, se podria llegar a extraer hasta el 99,99 % del litio, el 96,86 % del níquel, el 92,35 % del cobalto y el 90,59 % del manganeso de las baterías usadas en apenas 15 minutos.
Este método de reciclaje puede convertirse en especialmente determinante en la industria del automóvil, ya que incrementa notablemente el nivel de sostenibilidad del coche eléctrico frente a uno de combustión, teniendo en cuenta su producción y su tratamiento cuando acabe su vida útil.