Las baterías de los coches eléctricos desarrolladas a partir de diversas tecnologías, buscan obtener una densidad energética mayor, ser más seguras al cargar, admitir tasas de carga más altas con autonomías más elevadas y, además de todo esto, ser más baratas. Se trata quizás de demasiadas variables para una sola ecuación, pero los últimos avances tecnológicos apuntan a que estamos relativamente cerca de conseguirlo.
Estas nuevas modalidades de batería llegarán al mercado próximamente bajo distintos nombres: baterías de sodio, baterías de estado sólido, baterías de ánodo de silicio… pero el Santo Grial de las baterías de coche eléctrico podría ser que una misma batería pudiera combinar todas estas tecnologías...
Y eso es precisamente lo que espera conseguir la empresa alemana FEV, que en colaboración con la compañía ProLogium, de Taiwán, ha desarrollado la que han llamado batería cerámica de litio de gran tamaño (LLCB), que promete ofrecer un rendimiento, seguridad y sostenibilidad muy destacado.
De esta manera, FEV se ha convertido en el centro de innovación alemán para la industria del automóvil, y sin entrar demasiado en detalles técnicos, ha anunciado que su nueva batería permite, en función del segmento del coche eléctrico y del uso previsto, un ahorro del peso de nada menos que 300 kgs, así como una autonomía máxima de 1.000 kilómetros.
El secreto de esta batería LLCB se basa, por un lado, en un ánodo formado al 100 % por silicio, que sustituye al grafito que se usa tradicionalmente en las baterías de iones de litio, y que trae importantes ventajas, como un aumento en 10 veces de la densidad energética, o una drástica reducción de la dependencia de China, ques tiene el control casi absoluto del grafito,pero no del silicio.
Por otro lado, esta batería cuenta con un electrolito de estado sólido, que es justo de donde parte el nombre de «batería cerámica». Se trata de una tecnología, que eleva en gran medida la seguridad en los procesos de la batería, sobre todo en la carga, evitando la posible inflamación, el descontrol térmico y los riesgos de cortocircuitos por fugas en el electrolito.
Así las cosas, esta novedosa batería LLCB permite acceder a cargas ultrarrápidas sin mayor complicación, pudiendo cargarse del 5 al 60 % de su capacidad en apenas 5 minutos, tiempo suficiente para poder cubrir luego un viaje de 300 kilómetros; además, para pasar al 80 % se necesitarán únicamente 2 minutos más. De esta forma, los tiempos de carga podrían redicrise en más del 80 % respecto a las baterías convencionales.
Esta batería cuenta además con otras ventajas como su diseño delgado y compacto, que permite acoplarlas de una forma sencilla y ahorrando costes de implementacion y de mantenimiento, gracias a que se pueden reemplazar y reciclar de forma más sencilla.
