La empresa británica Electrogenic lleva varios años trabajando en kits de conversión para vehículos clásicos, que van desde coches pequeños como el Mini Cooper original hasta el Land Rover Defender o su proyecto estrella, que no es otro que electrificar el Rolls-Royce Phantom II de 1929 propiedad del actor Jason Momoa.
Con este nuevo kit se podría decir adiós al motor PRV V6 para dar la bienvenida a un motor eléctrico que se sitúa sobre el eje trasero, teniendo encima una batería de 43 kWh a la que se suma otra batería situada en la parte delantera, donde normalmente iría el tanque de gasolina.
En comparación con un DMC-12 estándar, el conjunto pesa unos 40 kilogramos más, de modo que se mantiene con un peso más que aceptable.
El resultado es que, en lugar de ser empujado por 130 CV y tener un 0 a 100 de más de diez segundos, gracias a su motor eléctrico de más de 217 CV es capaz de acelerar hasta esta cifra en algo menos de cinco segundos, al poder entregar el par de inmediato.
En lo que respecta a la autonomí, está algo limitado, ya que se estima que recorra aproximadamente 250 kilómetros antes de tener que parar a recargar.
Cuenta con sistema CCS de carga rápida además de tecnología V2L, de modo que se pueden cargar otros aparatos con la energía contenida en la máquina de acero inoxidable.
Por dentro tiene sorpresas como un cuadro de mandos digital que muestra tanto el uso de la batería, como el estado de la carga y el modo de conducción en el que se circula, pudiendo elegir un modo Eco o un modo Sport que saque todo el rendimiento del motor eléctrico.
También cuenta con Launch Control, algo que los kits eléctricos de Electrogenic no tenían hasta ahora, y que ofrece la posibilidad de moverse sin gastar una gota de gasolina.