Mientras los clásicos programas de ayudas a la compra del coche eléctrico, como el Plan MOVES III, continúan siendo útiles pero lentos, una herramienta más ágil acaba de colarse entre las opciones del comprador: el Certificado de Ahorro Energético (CAE), un mecanismo, pensado inicialmente para grandes industrias y edificios, que ahora puede aplicarse a los coches eléctricos.
Todo esto es posible gracias a una alianza inesperada entre fabricantes de coches y compañías energéticas.
Aunque parece algo técnico, el Certificado de Ahorro Energético (CAE) es bastante simple, y básicamente consiste en una manera de dar valor al hecho de consumir menos energía, de manera que cada vez que haces algo que suponga un ahorro energético, como dejar atrás un coche de combustión por uno eléctrico, se genera un ahorro medible que puede convertirse en un documento digital.
Estos CAEs los necesitan las grandes eléctricas y gasistas para cumplir con las metas de eficiencia que marca el Gobierno, motivo por los que los compran, en este caso, a los fabricantes de coches que gestionan todo el proceso y adelantan ese dinero en forma de descuento al comprador. De esta manera, tú no ves el certificado, pero sí notas su efecto en el precio final del coche.
Las marcas han empezado a moverse rápido, de manera que en lugar de esperar a que el Estado tramite las ayudas, muchas ofrecen ya descuentos directos gracias al CAE.
Renault, por ejemplo, se ha asociado con Iberdrola y descuenta 800 euros en sus modelos eléctricos. BMW y Mini llegan hasta los 900 euros, y Hyundai y KIA también aplican bonificaciones similares de manera inmediata.
Lo mejor es que este incentivo es compatible con otros como el Plan MOVES, lo que significa que se pueden acumular varias ayudas, aunque lo que marca la diferencia es que el CAE se aplica en el momento de la compra, sin papeleo engorroso ni meses de espera, hasta el punto de que algunas marcas como MG o el grupo Stellantis han empezado a incorporar sistemas equivalentes o planes propios inspirados en esta filosofía.
El objetivo es facilitar el acceso al coche eléctrico ahora, y no dentro de seis meses; y aunque no hay un trámite unificado para todos los fabricantes, los requisitos no son complejos.
Para beneficiarte del CAE, es necesario presentar documentos tanto del coche nuevo como del que vas a entregar. En general, habrá que aportarla factura de compra del vehículo eléctrico y su ficha técnica, los papeles del coche antiguo (permiso de circulación, ficha técnica, y un certificado de desguace o documento similar), y la documentación como comprador (DNI y, en ocasiones, un contrato de cesión del ahorro energético al fabricante).
Este proceso lo suelen gestionar directamente las propias marcas, así que el cliente apenas se entera del papeleo, y sólo se nota que el coche cuesta algo menos y que no hay que esperar a que llegue una ayuda estatal que quizá se agote antes de tramitarla.
Aunque no todo el mundo conoce aún este mecanismo, cada vez son más las marcas que lo adoptan y lo promocionan. La clave radica en que el CAE permite moverse con rapidez en un contexto donde las ventas de coches eléctricos necesitan alicientes más ágiles que los tradicionales programas públicos.