Ya se sabe que cuando las temperaturas son muy frías la autonomía del coche eléctrico se resiente, al igual que sucede con cualquier aparato que funcione con baterías; sin embargo nos hemos preguntado bastante menos sobre qué sucede con el rendimiento de la batería en veran, cuando las temperaturas son extremadamente altas.
La respuesta a esta pregunta acaba de darla la empresa americana Recurrent, que ha llevado a cabo un estudio con 7.500 vehículos eléctricos de usuarios en climas calurosos, y que ha determinado que el calor extremo también afecta a la autonomía del coche eléctrico, eso si, a unos más que otros, ya que depende de los grados que marque el termómetro.
El prinicpal problema en estos casos se basa en la reducción de la autonomía del vehículo, debido fundamentalmente a la necesidad de enfriar el interior del coche. De esta manera, cuanto mayor sea la diferencia entre la temperatura ambiente y la del climatizador, más energía se utilizará, lo que irá ligado a una mayor pérdida autonomía en comparación con las cifras anunciadas.
En este sentido, Recurrent afirma que a una temperatura de 24 grados, no hay ninguna variación en el porcentaje de autonomía anunciado. Sin embargo, cuando hace más calor, esto sí afecta. En concreto, con 27 grados, la autonomía se reduce en un 2,8 %, con 29 grados un 3,5 % y con 32 grados un 5 %. Una vez que pasamos esta barrera, la merma es más seria: con 35 grados un 15 % y con 38 grados un 31 %, o lo que es lo mismo, baja casi un tercio el alcance homologado.
No obstante, hay algunos trucos para que esta limitación no sea tan alta, como mantener el coche enchufado al cargador de casa y enfriar previamente el interior antes de salir, de manera que se consigue que el habitáculo tenga una temperatura fresca y agradable, y no utilizar energía de la batería, sino de la red eléctrica.
De hecho, según Recurrent, el sistema de aire acondicionado de un coche eléctrico moderno puede utilizar de 3 a 5 kilovatios de potencia para el enfriamiento inicial, y luego el uso de energía se estabiliza en torno a 1 kW para mantener la temperatura fijada.
Por otro lado, en verano no se aconseja dejar el coche eléctrico con una carga muy baja, ya que si es necesario recurrir a los sistemas de gestión térmica para enfriar el vehículo, se requerirá de una energía que igual no disponemos. De igual modo, a la hora de estacionar el coche, a ser posible, es mejor aparcarlo a la sombra o en una zona techada, especialmente, en períodos prolongados, ya que bajo el sol la temperatura interior subirá notablemente y después tendremos que usar energía para enfriar el habitáculo.
