La compañía de alquiler de automóviles Hertz ha informado en su última cuenta de resultados que de que ha perdido más de 1.300 millones de dólares en los nueve primeros meses del año, y culpa de este desastre económico a los coches eléctricos.
En un informe, la compañía admite que tiene disponibles 583.516 vehículos, de los cuales 550.000 están listos para ser alquilados... y ese podría ser uno de los motivos por los que Hertz está perdiendo dinero a un ritmo alarmante, ya que a parte de alquilar sus vehículos, su negocio pasa también por venderlos al mejor precio posible, cuando estos están amortizados.
Y eso, con el coche eléctrico por medio, parece que se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para la compañía, ya que en según cuenta su informe de resultados, la flota de la compañía ha sufrido una depreciación de 937 millones de dólares, de manera que calculan que cada coche está sufriendo una depreciación media de 537 dólares/mes, una cifra está muy lejos de los 284 dólares/mes de depreciación que sufrían a estas alturas en 2023.
El problema parece estar en el coche eléctrico, ya que la compañía ha emprendido una profunda renovación de su flota que debería terminar en 2025 y, ya en 2026, estabilizarse en una depreciación de 300 dólares/mes por vehículos, lo cual consideran mucho más saludable.
El mayor problema se lo encuentran en el mercado americano, donde la depreciación por coche es de 592 dólares/mes de media, por los apenas 324 dólares/mes del resto del mundo. De esta manera, la compañía se se estaría planteando vender 30.000 vehículos y adaptar su flota a las perspectivas reales de alquiler de coches eléctricos.
En 2021, la empresa hizo un encargo de 100.000 automóviles completamente eléctricos pero el año pasado comprobó que su flota estaba perdiendo valor a pasos agigantados. De hecho, la compañía llegó a cancelar otro pedido de 65.000 vehículos a Polestar porque estaban comprobando que no podían colocar en el mercado coches eléctricos de segunda mano a un precio rentable.
A parte de esto, Hertz lleva tiempo señalando que las reparaciones que han tenido que hacer a sus coches eléctricos han sido más caras, de media, que las de cualquier vehículo de combustión; pero además, se encontraron con un problema derivado de la bajada generalizada de precios de Tesla, de manera que si un coche nuevo de esta marca costaba menos dinero, su flota quedaba dañada automáticamente.
El contexto general pasa porque el coche eléctrico pierde el 50 % de su valor tres años después de su compra; pero hay que tener en cuenta que a estas bajada de precio en Estados Unidos le han seguido, de mayor o menor manera, otros de competidores, lo que ha diluido el valor de otros coches eléctricos que mantenían en su flota.
A todo esto hay que añadir que el valor del coche de segunda mano es bajo en comparación al de un coche eléctrico, de manera que algunos estudios han afirmado que los clientes potenciales no terminan de estar seguros de lanzarse a una tecnología que mejora tan rápido y que ofrece mejoras de autonomía en poco tiempo por el mismo dinero con el lanzamiento de nuevos productos.
Esta situación estaría lastrando la compra de los coches eléctricos actuales de menor precio, y también baja el precio medio al que se vende el coche en el mercado de segunda mano, ya que su tecnología queda obsoleta más rápidamente.