En 2030 las baterías de los coches eléctricos costarán menos de 3.000 euros

En 2030 las baterías de los coches eléctricos costarán menos de 3.000 euros

Un nuevo estudio elaborado por la firma especializada en estudios sobre baterías de vehículos eléctricos Recurrent, asegura que el coste de reemplazar una batería en un coche eléctrico estará por debajo de los 3.000 euros dentro de cinco años, lo que en la actualidad resulta una cantidad menor que cambiar un motor de combustión.

 

El estudio apuesta porque en 2030, el coste de sustituir una batería de 100 kWh se situará entre los 3.800 y los 4.200 euros, o en el caso de un paquete de 75 kWh, alrededor de 2.900 euros.

La batería es el componente más caro de un coche eléctrico, y puede llegar a representar en la actualidad entre el 20 % y el 30 % del coste total de fabricación. Por ese motivo, reparar o cambiar una batería hoy en día resulta extremadamente caro, ya que los costes pueden llegar hasta los 30.000 euros, en algunos casos en los que haya que sustituir toda la unidad.

Esta cifra varía con la química de la batería, la marca o el diseño; y en algunos casos, el precio de la reparación alcanza o incluso supera al del vehículo usado, un problema que genera la percepción de que un coche eléctrico se deprecia más rápido que uno convencional, lo que debilita su atractivo en el mercado de ocasión.

Ahora, este estudio sostiene que para 2030, esta preocupación podría desaparecer, ya que para entonces, cambiar una batería completa podría ser más barato que reparar un motor térmico.

El análisis, firmado por la firma especializada en estudios sobre baterías de vehículos eléctricos Recurrent, parte de la premisa de que los compradores de coches eléctricos usados temen tener que afrontar el reemplazo de una batería depreciada. Sin embargo, la compañía sostiene que esa barrera desaparecerá gracias a una drástica caída en los costes de las baterías.

Y para ello cita a Goldman Sachs, que asegura que el precio por paquete (pack) podría bajar a 64 USD/kWh en 2030; y tambien se refiere a estimaciones más ambiciosas como la del Rocky Mountain Institute (RMI), que proyecta un coste de 32 a 54 USD/kWh para las celdas, lo que equivaldría a packs por debajo de 50 USD/kWh.

Con estas cifras, Recurrent estima que el reemplazo de una batería de 100 kWh costará entre 3.800 y 4.200 € para ese año, mientras que uno de 75 kWh, estaría cerca de los 2.900 €, un coste que sería comparable o incluso inferior al de reparar un motor térmico dañado.

Además, desde la consultora apuntan a que el mercado de baterías usadas o de “segunda vida” crecerá, de modo que un propietario de coche de ocasión podría negociar una compensación por la batería usada, reduciendo el coste neto del reemplazo en unos 10‑20 USD/kWh.

Entre los factores que están detrás de esta tendencia, destacan que estas baterías usan materiales más económicos (hierro y fósforo frente a níquel o cobalto), lo que reduce el coste por kWh, y afirman que a finales de 2024, las celdas LFP alcanzaron precios mínimos de 59 USD/kWh, y todo ello mejorando en densidad y eficiencia.

Por ese motivo, estiman que a medida que los fabricantes logren más capacidad energética con menos materiales, bajará la proporción de metales costosos como el níquel o el cobalto por unidad de energía, lo que reducirá el coste final del pack.

Además, a medida que la producción se vaya multiplicando y se intensifique la competencia global, los costes industriales caerán. Por ejemplo, Goldman Sachs calcula que los precios de las baterías podrían caer a 80 USD/kWh en 2026.

Aunque la nueva normativa europea sobre baterías exige desde 2024 que los dispositivos incorporen porcentajes mínimos de materiales críticos reciclados, tales como litio, cobalto, níquel o plomo, lo que podría encarecer los packs en el corto o medio plazo, parece demostrado que un uso más eficiente del reciclaje y la reutilización en baterías de segunda vida podría contribuir a abaratar los costes.

Coches

Motos

Baterias

Estilo de Vida

Tecnología

Instituciones