Un grupo de estudiantes de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), en Australia, ha desarrollado un vehículo capaz de recorrer 1.000 kilómetros con una batería de tan solo 38 kWh, gracias a la aerodinámica propia de un Fórmula 1 y a una serie de placas solares instaladas en el propio vehículo.
Sunswift 7 es el nombre de este vehículo que ha logrado batir un récord Guiness: 1.000 kilómetros de autonomía con una carga de menos de 12 horas.
En concreto, el coche registró un tiempo de 11 horas y 53,32 minutos para recorrer esta distancia en el Centro Australiano de Investigación Automotriz (AARC) en Wensleydale, Victoria.
A la cabeza del proyecto está Richard Hopkins, jefe de operaciones en el equipo de Red Bull F1, artífice de la consecución de 1.000 kms. de autonomía logrados, eso si, en condiciones idílicas: pista, crucero bajo y una aerodinámica digna de un Fórmula 1.
La velocidad promedio fue de algo menos de 85 km/h y, a pesar de que ha conseguido el récord del "vehículo eléctrico más rápido en más de 1000 km con una sola carga", lo cierto es que el apoyo que ha tenido el motor eléctrico ha sido definitivo.
De esta manera, estamos hablando de un coche ultraeficiente, con unos coeficientes bastante alejados de lo que se pueden encontrar en un vehículo de calle.
Pesa tan solo 500 kilos, y en su diseño cuenta con una instalación fotovoltaica de 4,6 metros cuadrados; y eso que pese a contar con dicha superficie en su techo, el aporte energético de las placas ha sido bastante pequeño, de tan solo de 2,5 kWh durante la prueba, lo que en un vehículo con una batería de 38 kWh, supone una cifra mínima, aunque si ha servido para arañar algún kilómetro extra.
El objetivo principal de la alimentación solar era alimentar tanto los motores del vehículo como la batería, recargando el vehículo tan solo cuando está parado.
Teniendo todo esto en cuenta, parece que la clave de este récord ha sido el propio consumo eléctrico del coche, de tan solo 3,8 kWh/100 km.