Rolls-Royce acaba de presentar el Spectre, su primer coche eléctrico de producción, un coupé llamado a sustituir al Wraith dentro de la gama del fabricante británico, y que aspira a ser el coche más lujoso del mundo.
Este Rolls-Royce Spectre, que utiliza la misma plataforma de aluminio que los Ghost, Cullinan y Phantom, mide 5,45 metros de largo, tiene una distancia entre ejes de 3,21 metros y pesa 2.975 kg;; y gracias a la situación de las baterías en los bajos, es un 30 % más rígido que otros modelos de la marca.
Aunque no ha difundido el tamaño del pack de baterías, la compañía sí ha anunciado que su autonomía se situará en 520 km WLTP, para alimentar 585 CV (430 kW) de potencia y 900 Nm de par, lo que le permitirá alcanzar el 0-100 km/h en apenas 4,5 segundos.
Con todo, lo más destacado de un Rolls-Royce no son ni sus prestaciones ni su autonomía, sino la opulencia de su diseño y el lujo de su habitáculo, de manera que este Spectre destaca sobre manera en estos conceptos, contando con una calandra extremadamente ancha, iluminada nada menos que por 22 LED.
Sus faros a doble altura con el módulo superior formado por una delgadísima línea LED y el inferior oscurecido, le aporta un distinguido aspecto que aporta una vuelta de tuerca al lenguaje habitualmente conservador del diseño de la marca.
Aunque a primera vista el Spectre se identifica claramente como un auténtico modelo de Rolls-Royce, cuenta con un renovado y moderno diseño que no le hace perder ni un ápice de elegancia.
Mientras que el cerco de las ventanillas cromado y los pilotos recuerdan a los del desaparecido Wraith, las puertas de este modelo son de apertura a contramarcha, y cuenta con unas ruedas que tienen nada menos que 23 pulgadas de diámetro.
En su interior, el salpicadero no difiere demasiado del de otras propuestas de la compañía, y está presidido por tres paneles (instrumentación digital, pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento y display del copiloto), mientras que el volante es algo más pequeño y cuenta con un aro más grueso.
Por otra parte, en el chasis destaca el sistema de suspensión Planar, capaz de desacoplar las barras estabilizadoras para evitar balanceos en línea recta, además de contar con un sistema de ruedas traseras directrices y con amortiguación adaptativa.
Con todo, los primeros clientes de este modelo no recibirán sus unidades hasta el cuarto trimestre de 2023, por lo que todavía le queda un año de desarrollo por delante en el que se podrán limar algunas pequeñas cosas para conseguir convertirse definitivamente en el coche eléctrico más lujsos del mundo.