En los últimos tiempos, el hidrógeno está despertando el interés de diversos fabricantes como Renault y Toyota, o algunas start-up, que acaban de presentar sus propuestas de pila de combustible en el Salón del Automóvil de París. Pero BMW, que ya ha comenzado a fabricar su primer modelo de hidrógeno, parece tener claro que el futuro del automóvil pasa por este tipo de energía, según ha defendido su CEO, Oliver Zepse.
Así las cosas, los expertos del coche eléctrico de hidrógeno defienden que el problema para este tipo de ewnergía es que "en España no hay un plan nacional de hidrógeno"; sin embargo, a estas tecnologías se están sumando otras alternativas que también están en el radar de los fabricantes, y que van desde los combustibles sintéticos hasta el hidrógeno como combustible para los motores térmicos, pasando por los eléctricos de autonomía extendida.
De esta manera, el máximo responsable del Grupo BMW ha apostado claramente por el hidrógeno al asegurar que esta será la próxima tendencia en el sector del automóvil después del coche eléctrico. Así lo ha reconocido en una entrevista con la agencia Bloomberg en la que ha afiormado que “después del automóvil eléctrico, que ha existido durante unos 10 años y se está expandiendo rápidamente, la próxima tendencia será el hidrógeno. Cuando se extienda, el hidrógeno será lo más moderno para conducir”.
A corto plazo, el objetivo del grupo alemán es que la mitad de los BMW, Mini y Rolls-Royce que se vendan en el año 2030 sean 100 % eléctricos, pero su CEO es consciente de que no puede apostarlo todo a este tipo de movilidad y baraja otras alternativas. De esta manera, Zipse ha explicado que “decir que en el Reino Unido y en Europa en 2035 solo habrá un tipo de propulsión es algo peligroso. Para los clientes, para la industria, para el empleo, para el clima. Desde todos los ángulos que se mire, ese es un camino peligroso por recorrer”.
El CEO de BMW ha añadido que “existirán mercados en los que se deberá conducir sin emisiones, pero no habrá acceso a la infraestructura de carga pública. Ahora se podría argumentar que tampoco hay acceso a la infraestructura de hidrógeno, pero esto es muy simple de hacer: pones allí un depósito que se coloca como un viejo tanque combustible y lo recargas cada seis meses o 12 meses”.
Parece que no es tan fácil porque las compañías hidrogeneras requieren medidas de seguridad mucho más extremas que las de una gasolinera tradicional, como depósitos de plástico reforzados con fibra de carbono; pero no se puede negar que es posible.
La primera vez que BMW fue en serio con el hidrógeno fue en 2007, cuando fabricó 100 unidades de prueba del Serie 7 Hydrogen equipado con un motor V12 que podía funcionar indistintamente con hidrógeno y con gasolina.
Algunos de estos coches acabaron en manos de personajes como Alberto de Mónaco, Cameron Díaz o Jay Leno, pero nunca se supo cómo estos repostaban con hidrógeno sus Serie 7.
En 2021, el hidrógeno volvió a resonar con fuerza en BMW, cuando se presentó el BMW iX5 Hydrogen Concept, que un año más tarde comenzó a fabricarse en serie. Las primeras unidades deberían llegar a las calles a lo largo de las próximas semanas, aunque todas ellas tendrán fines de prueba y demostración.
La experiencia que acumule y la información que recopile BMW con el iX5 de hidrógeno serán clave para dar consistencia al mensaje de Oliver Zipse, que no cree que las grandes baterías sean una solución a largo plazo.
Con todo, nada de esto llegará a buen fin, si la infraestructura para repostar hidrógeno no crece a lo largo de los próximos años,m de la misma forma que sucede con las plantas de producción de hidrógeno verde, el único que sirve para tener coches de cero emisiones.
Por el momento, la multinacional americana Cummins ha confirmado que producirá este tipo de energía en España; al tiempo que Francia, España y Portugal han llegado a un acuerdo para construir un gasoducto que transporte hidrógeno verde hasta el resto de Europa.