Un automovilista granadino decidió conectarse de forma ilegal a una farola pública haciendo un simple puente, aprovechando que era electricista, y creando una nueva fórmula para cargar el coche eléctrico a costa del erario público, ante las dificultades para encontrar estaciones de carga.
Ocurrió en la villa de Poio (Pontevedra), donde según cuent la prensa local, este electricista de profesión conectó su Renault Twizy a un poste de alumbrado público robando -presuntamente- la corriente para "poder recargar la batería del coche eléctrico directamente y así viajar de forma gratuita".
La policía local de Poio lo pilló in fraganti con su Twizy enchufado a la red de alumbrado público, por lo que se le acusa de un delito leve de defraudación de energía eléctrica.
En España faltan puntos de recarga, ya sean puntos de carga rápidos o de carga lenta. De hecho, nuestro país tiene la mitad de puntos de recarga que Alemania y la gran mayoría son de carga lenta, por lo que que la infraestructura de recarga está muy lejos de ser tan densa como para poder satisfacer a las necesidades habituales de los conductores de coches eléctricos.
La actuación de este automovilista no deja de ser ilegal, sin embargo, la idea de usar las farolas para poder recargar los coches eléctricos no es del todo descabellada, de manera que varios municipios de Europa ya lo están probando, como Londres, donde el barrio de Westminster ya hay más de 1.400 farolas con puntos de carga, o más recientemente, Valencia.
En todos los casos son puntos de carga lentos, pero sirven para aportar una solución de movilidad, ya que la infraestructura de las farolas ya está instalada, y aunque requiera en ocasiones actualizarla para soportar la demanda, permitiría a residentes sin plazas de parking poder recargar su coche eléctrico.