En la Organización de Consumidores y Usuariosa (OCU) se han preguntado cuántos kilómetros es necesario recorrer para que la inversión en un coche eléctrico realmente valga la pena, un análisis gracias al cual, muchos conductores podrían terminar de tomar su decisión de compra de uno de estos vehículos.
Cada vehículo tiene un precio y un coste, que en este segundo caso está asociado al mantenimiento y al combustible o energía que se utilice. Así las cosas, según un informe publicado por la OCU, para un vehículo medio, el gasto de gasolina se sitúa como media en 1,63 euros/l, el diésel en 1,48 euros/l, GLP en 0,95 euros/l y electricidad en 0,2 euros/kWh.
De esta manera, si se fueran a recorrer 100.000 kilómetros, con un coche a gasolina se gastaría 12.250 euros solo en combustible; y en contraposición, los coches eléctricos requerirían de media tan solo 4.000 euros en los recibos de electricidad.
Otro dato a tener en cuenta para esa amortización es la inversión inicial, ya que mientras que un coche diésel puede costar 2.500 euros más que su equivalente en gasolina, y la inversión se recupera después de 75.000 km.; para un híbrido no enchufable, se necesitan 110.000 km. y para un híbrido enchufable, 70.000 km.
Si embargo, si la elección pasa un coche eléctrico, la amortización cambia sustancialmente y se daría en torno a los 85.000 kms., aunque con ayudas como el plan Moves, este número puede reducirse hasta los 30.000 km.
Estos datos aportan una visión bastante clara, al concluir que para quienes recorren largas distancias, apostar por un coche eléctrico o un híbrido puede ser la opción más rentable a largo plazo. Por contra, según el informe, la tecnología de motor que antes se amortiza es GLP.
Así las cosas, los coches eléctricos, a pesar de su elevado precio inicial, se posicionan como una inversión inteligente, especialmente si se cuenta con un punto de carga en casa, ya que si se depende de cargadores públicos, los costes podrían incrementarse bastante.
De esta manera, podemos concluir que antes de tomar una decisión, será crucial considerar no solo el precio de compra, sino también el coste de mantenimiento y combustible a lo largo de la vida del vehículo; y a largo plazo, los coches eléctricos e híbridos parecen ser la elección más sostenible y económica. Eso sí, siempre que se adecúen a las necesidades y hábitos de conducción de cada uno.