Aunque en estos últimos años los principales impedimentos para la adquisición de coches eléctricos se han ido salvando, destacando la autonomía o el precio, la realidad es que numerosos usuarios no adquirieren uno de estos vehículos por el temor a no poder cargarlos... y en este sentido, el dato de que la cuarta parte de los cargadores públicos no funciona correctamente, no contribuye a mejorar esta percepción.
Así las cosas, España se sitúa a la cola de la Unión Europea en número de puntos de carga públicos, incluso pese a que en el último año los cargadores rápidos ya superan las 2.000 unidades.
La intención por parte de los organismos públicos así como de las entidades privadas partece clara, pero acaba de conocerse un punto crítico que se desprende del último Barómetro de la Electromovilidad realizado por Anfac, que explica que actualmente hay un total de 8.869 puntos de recarga no operativos en España, lo que supone aproximadamente uno de cada cuatro de los instalados en todo el territorio nacional.
Así las cosas, los puntos fuera de servicio continúan creciendo a tasas muy altas, representando ya el 26 % del total la infraestructura de recarga de acceso público instalada en España; de manera que si estos puntos estuvieraen operativos, en España habría 34.049 puntos de recarga de acceso público.
Pese a todo, el aumento registrado en este periodo es insuficiente para alcanzar el objetivo marcado de 45.000 puntos de recarga de acceso público, necesarios para dar cobertura y necesarios para cumplir con el Fit for 55 en 2023 y los 300.000 en 2030.
El nuevo Reglamento para la implantación de una infraestructura para los combustibles alternativos, obligará a los Estados a desplegar de manera vinculante una infraestructura mínima en cantidad, calidad y capilaridad, con un primer hito de control en 2025.
Pero este no es el único problema, ya que de los 25.180 puntos existenges repartidos por toda España, tan solo el 26 % de la infraestructura corresponde a carga con potencia superior a 22 kW. De hecho, el 74 % de los mismos son de baja potencia, lo cual implica un tiempo de recarga mínima de 3 horas.
En cuanto al número de puntos de recarga superiores a 150 kW, en el tercer trimestre han abierto 63 nuevos, siendo un crecimiento similar al del trimestre anterior, con una tasa de crecimiento inferior al 3 %.
El despliegue de puntos de recarga de al menos 150 kW es fundamental para que el vehículo eléctrico pueda ser empleado en trayectos de larga distancia por carretera, permitiendo tiempos de carga de entre 15 y 27 minutos.
Así las cosas, los puntos de recarga de más de 250 kW han aumentado en 52 unidades en el tercer trimestre de 2023, mejorando el dato del trimestre anterior, que fue de 7 puntos nuevos.
Aproximadamente el 85 % de los puntos de recarga de acceso público de alta potencia responde a proyectos de fabricantes de automóviles; y todo mientras las dificultades administrativas asociadas al desarrollo de estos proyectos suponen una de las barreras más importantes en la actualidad, siendo este un aspecto que tiene paralizados numerosos proyectos.