Un nuevo estudio elaborado por Rocky Mountain Institute (RMI), señala que los coches eléctricos, impulsados por la caída de los precios de las baterías, podrían alcanzar la paridad en precios con los modelos de combustibles tradicionales en Europa durante el próximo año, aunque el mercado estadounidense tendrá que esperar hasta 2026.
Así las cosas, los coches eléctricos representarían dos tercios de las ventas mundiales de automóviles para el año 2030, según recoge este informe, que prevé que los costes de las baterías se reduzcan a la mitad en esta década, pasando de 151 dólares por kilovatio hora (kWh), que es lo que costaban en 2022, a entre 60 y 90 dólares por kWh.
De esta manera, según recoge el estudio los vehículos eléctricos "tendrían por primera vez el mismo precio que los coches de gasolina en todos los mercados de aquí a 2030, así como su mantenimiento".
La batería de un coche eléctrico supone actualmente un 40 % de su precio, por lo que constituyen un elemento muy caro de los vehículos propulsados por este tipo de tecnología, un coste que hasta ahora las ha hecho inaccesibles para muchos ciudadanos.
En este sentido, el análisis de Rocky Mountain Institute subraya que el rápido crecimiento de los modelos eléctricos en Europa y China, implica que las ventas de coches eléctricos se multiplicarán, al menos, por seis de aquí a 2030, albergando una cuota de mercado de entre el 62 % y el 86 % de las ventas.
Las ventas de coches eléctricos en territorio europeo se dispararon casi un 61 % en julio frente al mismo mes del 2022, y ya representan el 13,6 % de las ventas totales de vehículos.
Por otro lado, y aunque la Unión Europea pretende prohibir la venta de nuevos modelos de combustión interna a partir de 2035, en Estados Unidos aún no se hancomprometido a fijar una fecha para poner fin a la comercialización de los modelos más contaminantes.
Sin embargo, los expertos estiman que en 2030 únicamente se venderán modelos cero emisiones en grandes áreas urbanas como California o Nueva York.
Con todo, esta investigación enfatiza en el hecho de que la demanda de petróleo para automóviles alcanzó su punto máximo en 2019, y se reducirá alrededor de un millón de barriles al día cada año a partir de 2030.