Contar con un punto de recarga accesible se ha convertido en uno de los principales problemas de los usuarios de un coche eléctrico, ya que no todos los ciudadanos disponen de un garaje donde poder instalar un cargador, ya sea particular o comunitario, y que hoy en día resulta imprescindible para cargar la batería durante la noche, cuando la tarifa es más reducida.
Ahora, la compañía armamentística y de automoción alemana Rheinmetall se ha propuesto ofrecer una solución a este problema a partir de un nuevo sistema de carga para coches eléctricos, que bien podría revolucionar el coche eléctrico.
El sistema propuesto se basa en una hilera de enchufes escamoteables y soterrados bajo los bordillos, que son los encargados de ofrecer a los coches aparcados una toma accesible para recargar la batería mientras el vehículo permanece aparcado.
Este bordillo de carga ofrece una potencia en corriente alterna (AC) de hasta 22 kW y permite la conexión con as distintas plataformas de carga ya existentes, gracias a un protocolo de punto de carga abierto.
Además, esta red de suministro está diseñada para ser de expansión evolutiva, es decir, que según las necesidades puede crecer con la progresiva incorporación de nuevos enchufes.
Así las cosas, la solución aportada por esta empresa permitiría a las ciudades electrificar sus calles mediante una red de cableado bajo las aceras, dejando estas libres del obstáculo que suponen los postes de carga.
Esta nueva red promete facilitar la tarea, porque los grandes parques de recarga rápida en las afueras no son una opción para muchos consumidores, especialmente por consideraciones de coste y tiempo.
La propuesta tecnológica de Rheinmetall no solamente va a beneficiar a los automovilistas, teniendo en cuenta que en el centro de las ciudades el espacio es cada vez más escaso y que la instalación de postes de carga para los vehículos eléctricos suele hacerse a expensas de otros usuarios de la vía, como peatones, patinadores o ciclistas.
Además, este sistema serviría para solventar el problema de tener que acudir hasta los centros de carga rápida, que en muchas ocasiones se encuentran lejos del domicilio del interesado.
Este nuevo sistema de carga se encuentra todavía en periodo de pruebas para cumplir con los más estrictos estándares de seguridad; pero cuando estas acaben, se incorporará a la red de carga eléctrica alemana, que contempla el ambicioso reto de llegar al millón de puntos de uso público en el año 2030.