El litio es una de las materias primas más codiciados en el entorno tecnológico actual al ser uno de los ingredientes básicos de las baterías de los smartphones y los ordenadores portátiles, pero también en el ámbito de los coches eléctricos, cuyas baterías necesitas una buena cantidad del mismo.
De esta manera, la producción global del litio se ha cuadruplicado desde 2010, y, aun así, hoy es la materia prima más cotizada del planeta, hasta el punto de que durante 2022, su precio se ha incrementado en un 900 %, problema al que se une que se trata de un elemento químico que está siendo controlado por muy pocos países.
Con todo, estos no son los únicos inconvenientes del litio para el ámbito de la movilidad eléctrica; y no pasemos por alto que su extracción aporta un profundo impacto medioambiental, y que tarda varios cientos de miles de años en degradarse una vez procesado, cuando deja de ser utilizado.
Paraintentar paliar todas estas dificultades, la quitina podría ser la solución. Se trata de un polisacárido que es un componente fundamental del exoesqueleto de los artrópodos, como los crustáceos o los insectos, y que es la responsable de la dureza de la cobertura rígida que protege los organismos de estos animales invertebrados.
Ahora se ha descubieryto que esta sustancia podría contar con varias propiedades que la colocan como una candidata ideal para reemplazar al litio en las baterías de los coches eléctricos.
Se trata de un hallazgo realizado por un equipo de investigadores del Centro para la Innovación en Materiales de la Universidad de Maryland (Estados Unidos), que resulta especialmente prometedor por varios motivos; el más relevante de los cuales consiste en que cuando se combina con zinc, el compuesto en el que interviene la quitina adquiere las propiedades fisicoquímicas idóneas para ser utilizado en la producción del electrolito de las baterías.
Además, su eficiencia más allá de las primeras 400 horas de utilización es del 99,7%, lo que sobre el papel podría contribuir a la dilatación de la vida útil de las baterías.
Otra de las ventajas de las baterías con electrolito de zinc y quitina consiste en que este último componente es biodegradable y se descompone en aproximadamente cinco meses, además de que el zinc, se puede reciclar, por lo que el tándem de ambos componenetes podría permitir a los fabricantes de baterías sorteandor varias de las desventajas que conlleva el electrolito con sales de litio.
En cualquier caso, aunque la quitina es el segundo polisacárido más abundante en la biosfera, solo lo superado por la celulosa, todavía no está claro si es posible obtenerlo en la cantidad necesaria para responder a la demanda global que se desencadenaría si finalmente pasara a formar parte de las baterías de los coches eléctricos.
Además, tampoco se sabe si sería posible afrontar su obtención de una forma respetuosa con el medioambiente; y eso sin contar con que este descubrimiento aún tiene que demostrar su viabilidad al pasar del laboratorio a la producción en masa necesaria para integrarse en una economía de escala.