En la misma medida que la adopción del coche eléctrico va creciendo, se viene notando un notable declive de la escucha de emisoras de onda media, hasta el punto de que marcas como Audi, BMW, Porsche, Volkswagen, Tesla o Volvo, han dejado de incorporar receptores de radio AM en sus nuevos vehículos eléctricos.

Así las cosas, la mayoría de los fabricantes defienden su postura argumentando que los coches eléctricos generan más interferencias electromagnéticas que los coches de combustión, y como consecuencia de ello, la recepción de señales AM se ve perjudicada.

Así las cosas, en lugar de recibir un mensaje claro, los oyentes se enfrentan a transmisiones con ruido estático, zumbidos de alta frecuencia e interrupciones.

Pese a que muchos fabricantes han decido decirle adiós a la radio AM, algunos todavía no han dado ese paso. De esta manera, Ford, General Motors y Stellantis, conocidos como “Los tres grandes de Detroit”, ofrecen en la actualidad coches eléctricos con receptores de onda media, aunque todo parece indicar que no lo harán durante mucho tiempo más.

El problema de las interferencias electromagnéticas, sin embargo, solo sería una parte del asunto, ya que según ha publicado The New York Times, los expertos creen que los problemas de recepción pueden solucionarse, y que la interferencia electromagnética podría controlarse con mejores capas aislantes en los cables, filtros y la reubicación de ciertos componentes electrónicos en el coche.

El problema es que se trata de una solución que requiere mayor esfuerzo y presupuesto por parte de los fabricantes.

De continuar esta tendencia, se podría acentuar la despedida de las emisiones analógicas a lo largo del mundo. En el caso de Europa, en la última década, varias estaciones de FM y AM han cerrado para dar lugar al Digital Audio Broadcasting (DAB).

En este sentido, el Código de Comunicaciones Eléctricas Europeas (EECC) impulsa a los fabricantes de coches a incorporar receptores digitales en sus nuevos vehículos, que si bien tiene ventajas, como la mejor calidad de sonido y su robusteza frente a las interferencias, también necesita equipos que, de momento, son más caros de comprar, instalar y mantener.

Esto, junto a otros factores, ha hecho que su despliegue no esté avanzando al mismo ritmo en todos los países; y en el caso de España, la cobertura DAB está limitada geográficamente a unas pocas grandes ciudades.