El elevado precio del litio complica la implantación del coche eléctrico

El elevado precio del litio complica la implantación del coche eléctrico

La crisis derivada de la escasez de semiconductores y los problemas logísticos están complicando la producción y distribución de los coches eléctricos, pero ahora se ha incorporado otro elemento de incertidumbre a este mercado, y noes otro que el elevadísimo precio del litio.

 

Una mayor producción de baterías para los coches eléctricos, para cuya elaboración el litio es un elemento químico esencial, ha provocado que su precio esté alcanzando máximos históricos, hasta el punto de que la consultora S&P Global Platt's ha calificado este precio como "compras de pánico", es decir, aquellas que se producen con el objetivo de conseguir reservas ante un posible desabastecimiento. Y como ejemplo, destaca que el precio del litio en China fue un 531 % más caro el pasado mes de enero que en el mismo mes de 2021.

Por su parte, los datos de Benchmark Mineral Intelligence apuntan a cifras muy similares aunque ligeramente inferiores; y en concreto, señalan que la tonelada de litio se ha situado en 43.850 euros, mientras que en enero de 2021 se encontraba en 9.650 euros.

En la actualidad, China fabrica el 75 % del litio que se utiliza en las baterías de teléfonos móviles, portátiles o coches eléctricos, y se encuentra cerca de una situación calificada de "escasez estructural", es decir, no hay suficiente litio extraído y refinado para tantas baterías, mientras que en otros mercados la situación no es mejor, ya que fuera de China el precio ha crecido de 7.890 a 32.250 euros entre enero de 2021 y enero de 2022.

Pese a que las cifras de récord se alcanzan ahora, con los fabricantes en una carrera por asegurarse el suministro suficiente de litio para seguir produciendo baterías, hace tiempo que se está hablando de esta situación, de manera que Bloomberg ya señaló en diciembre de 2021 que la reducción progresiva de los costes para la producción de baterías estaba cerca de revertir su tendencia.

Desde 2010, el coste de la fabricación de baterías ha caído progresivamente pero, conforme el coche eléctrico ha aumentado sus ventas, esta bajada se ha ralentizado. De hecho, en la primera mitad de la década pasada, la bajada año a año fue entre un diez y un 35 %; y a partir de 2017, la tendencia se ha frenado, de forma que para este 2022 ya se anunciaba un aumento de los costes.

Para comprender la fiebre por el litio y sus consecuencias en los precios de los vehículos eléctricos, es necesario tener en cuenta que el coste de las baterías suponen un 40 % del precio del mismo, y que en las baterías actuales, el litio es esencial, pues es el material utilizado en los ánodos y cátodos de las mismas, así como en el líquido utilizado como conductor de iones, donde se utiliza sal de litio.

Con estos datos, una bajada en los precios de los coches eléctricos a corto plazo se complica, lo que es mala noticia para el sector, pues los clientes siguen considerando que es un producto caro para la autonomía que ofrece en estos momentos.

Para que esta situación revierta, será necesario un cambio estructural en el mercado de las baterías, y que las investigaciones que están en desarrollo apunten hacia una furtura producción de baterías de estado sólido, un tipo de almacenamiento que promete un 50 % más de autonomía, una degradación más lenta y una mayor rapidez en las recargas.

Según Simon Moores, director ejecutivo de Benchmark, la oferta de litio no alcanzará a la demanda hasta 2023, por lo que los precios podrían ser incluso más altos en el futuro; al tiempo que señala que la apertura de una mina de litio no garantiza una mayor oferta a corto plazo, pues éstas tardan entre cinco y siete años en ponerse en funcionamiento.

En este contexto, el silicio se proyecta como uno de los posibles salvadores, y según un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) que publicó un estudio en Science, emplear silicio junto a grafito o, incluso, utilizar únicamente el silicio como mineral para el ánodo de la batería puede multiplicar por diez el número de iones presentes en la batería y, por tanto, su densidad energética.

Para conseguir estos resultados es imprescindible crear baterías de estado sólido, teniendo en cuenta que en combinación con un líquido con sal de litio, el silicio es peligroso e ineficaz, pero la situación cambia cuando se emplea un electrolito sólido. De momento, el silicio es el elemento químico que mejores resultados está dando, pero también se han realizado avances en baterías que se recargan con dióxido de carbono o con combinaciones con azufre.

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