Un 43 % de los directivos españoles del sector de la automoción están convencidos que la generalización del coche eléctrico no podrá llevarse a cabo sin subvenciones gubernamentales, y eso independientemente de su precio.

Este porcentaje supone casi duplicar el dato global (23 %) y el registrado en Europa Occidental (22 %), según el estudio Global Automotive Executive Survey 2021 (GAES 2021), realizado por la consultora KPMG en todo el mundo, que concluye que en el ámbito global, el 6 8% de los directivos considera que los vehículos cuyo precio supere 44.000 euros, no deberían contar con subvenciones, un porcentaje similar al que arroja el conjunto de los países de Europa Occidental.

De la misma manera, más de seis de cada diez directivos españoles no cree que el vehículo eléctrico pueda alcanzar un grado de adopción amplio en los próximos 10 años sin intervención gubernamental, por lo que en los últimos días, han lanzao mensajes con el objetivo de que el Gobierno acelere la implementación de la infraestructura de recarga necesaria para acelerar la llegada de los vehículos eléctricos.

Según el último Barómetro de Electromovilidad 2021 elaborado por la patronal de fabricantes de vehículos Anfac, España se encuentra tan solo por delante de Hungría y República Checa en el indicador global de electromovilidad, que mide el indicador global de nivel de electrificación del mercado y el indicador global que mide el nivel de desarrollo de puntos de recarga públicos.

Para la socia responsable de Automoción de KPMG en España y ex secretaria general de Industria y Pyme entre 2014 y 2018, Begoña Cristeto, la escasa disponibilidad de infraestructuras públicas de recarga "provoca que España esté lejos de cumplir con el objetivo fijado por el Pacto Verde Europeo para 2025 de disponer de un millón de puntos de recarga en toda Europa".

Por otro lado, el 62 % de los directivos españoles prevé que en 2030 la mayoría de las ventas de vehículos nuevos se realizará por Internet, un porcentaje que asciende al 78 % en el caso de los directivos consultados a nivel global, por lo que conseguir una experiencia digital fluida y sin complicaciones será un factor clave en la elección de compra de los clientes, siendo más importante incluso que el propio rendimiento del vehículo.

De esta manera, algunos fabricantes ya han cancelado los contratos que tenían con sus redes de concesionarios, con el objetivo de ser ellos mismos los encargados de quedarse con la transacción y con los datos del cliente, una situación que trae de cabeza a las redes de distribución y por la que esperan que la Unión Europea limite las ventas directas por parte de los fabricantes.

Esta nueva forma de venta provocará cambios en los canales de venta, con un importante crecimiento de las ventas directas de vehículos nuevos por parte de los fabricantes, algo que les obligará a adquirir nuevas capacidades digitales, comerciales y operativas. En este sentido, el 52 % de los encuestados en España en el estudio considera que sus compañías están muy preparadas para la Industria 4.0, y el 42 % afirma que las técnicas de fabricación avanzada, como el machine learning o la Inteligencia Artificial, serán la capacidad más importante para su negocio en los próximos años.

En cuanto a la cadena de suministros, los encuestados manifiestan su preocupación por la disponibilidad, el precio de las materias primas y mercancías y la mano de obra (68 %), y advierten que de mantenerse esta tendencia, son muchos los proveedores que verían en riesgo la continuidad de su actividad.

Por otra parte, los directivos se muestran dispuestos a ejercer un mayor control sobre sus cadenas de suministro, y en España, soluciones como el aprovisionamiento directo, la acumulación de inventario o la relocalización de la producción ocuparán un lugar destacado entre las estrategias de las empresas de automoción. A juicio de Cristeto, "la cooperación y la asunción de riesgos compartidos, la integración de nuevas capacidades, la flexibilidad y el establecimiento de una relación fluida con el cliente, basada en la confianza, serán indispensables para tener éxito en este nuevo entorno".

En cuanto a la escasez de mano de obra, un 43 % de los directivos españoles ha expresado su inquietud y preocupación en la encuesta, una percepción más moderada que en el conjunto global (55 %).

Otro aspecto que refleja el informe de KPMG es que los directivos españoles de la automoción confían en ver un crecimiento de la rentabilidad del sector en el medio plazo, de manera que más de uno de cada tres cree que esto sucederá en los próximos cinco años.

A escala global, las cifras son algo más optimistas, y el 53 % de los encuestados confía en que la industria del automóvil registrará un crecimiento rentable en los próximos cinco años, frente al 38 % que se muestra más desconfiado y considera que el sector se encuentra en un punto crítico para su futuro, tanto en el medio como en el largo plazo.