Aunque no ocurre con frecuencia, es posible que los campos electromagnéticos (EMF) puedan afectar al rendimiento de los implantes cardíacos, más conocidos como marcapasos, y por este motivo, quien lleve uno ha de tener especial cuidado en ciertos lugares... quizás por eso, se ha corrido la voz de que los coches eléctricos, que cuentan con baterías de alta capacidad que se recargan a altas potencias, podrían afectar a estos dispositivos... pero no.
Según una investigación realizada por científicos de la Universidad Técnica de Múnich, en colaboración con el Centro Alemán de Investigación Cardiovascular y el Hospital Wellington de Nueva Zelanda, los EMF producidos por los automóviles eléctricos no representan tal peligro.
Para la investigación se reclutó a un total de 108 sujetos, el 83 % de los cuales eran hombres y todos intervenidos quirúrgicamente con un marcapasos o un desfibrilador de una amplia variedad de fabricantes. Cada persona procedió a cargar y conducir cuatro automóviles eléctricos diferentes disponibles en el mercado, y más en concreto un Nissan Leaf, un Tesla Model S, un BMW i3 y un Volkswagen eUp, vehículos son muy diferentes entre sí por la potencia de su motor eléctrico, la capacidad de la batería o los sistemas de carga.
La conducción se llevó a cabo en una plataforma de banco de rodillos estacionaria, en la que se aumentaba la resistencia para maximizar la potencia del motor y así garantizar que los EMF producidos por esos motores fueran similares a los generados en condiciones de conducción del mundo real.
El caso es que los niveles de EMF, tanto dentro como en el entorno de los automóviles, fueron monitorizados durante las pruebas, al igual que el desempeño de los marcapasos de los voluntarios, y aunque los campos más fuertes se generaron durante la recarga de las baterías, no se encontró que ninguno de los EMF fuera lo suficientemente alto como para afectar los implantes de los participantes.
Según los científicos, esto probablemente se debe al “blindaje” incorporado en los autos eléctricos, para proteger sus sistemas informáticos de la interferencia electromagnética.
“Nuestro estudio aborda las apremiantes preocupaciones de pacientes y médicos con respecto al uso de automóviles electrónicos por parte de pacientes con marcapasos y nos complace informar que su uso parece seguro con la tecnología actual”, ha explicado el Dr. Matthew O’Connor del Hospital Wellington, que ha añadido que “no se detectaron eventos adversos ni interferencias electromagnéticas durante la conducción o carga de los automóviles durante nuestra prueba”.