La descarbonización del transporte marítimo a través de la electrificación es uno de los grande retos de este sector del transporte, ya sea a través de baterías y pila de combustible de hidrógeno, o solo de baterías. Ahora, una empresa que cubrirá rutas entre Buenos Aires y Montevideo, ha dado un nuevo paso en este sentido.
De esta manera, la empresa Incat Tasmania está trabajando en la construcción del que podría ser el barco eléctrico más grande del mundo, un ferry eléctrico que denominan Ro-Pax, y que no es sino un buque que, además de transportar mercancía, tiene capacidad para transportar pasajeros.
En este caso, el ferry, que ha sido bautizado como Buquebus, podría transportar a más de 2.100 personas y 225 vehículos, para lo que va a necesitar una enorme batería.
Así las cosas, este ferry eléctrico de 130 metros de largo y 32 metros de ancho estará propulsado por una batería de 40 MWh, cuatro veces más grande que cualquier instalación de baterías que se haya construido e instalado en el sector del transporte marítimo.
Para mejorar la autonomía y rebajar el peso del barco, que se calcula será de unas 13.000 toneladas, se está construyendo en aluminio de grado marino; al tiempo que las baterías alimentarán una serie de motores eléctricos que accionan el sistema de propulsión por chorro de agua.
Según aseguran desde la compañía, "una vez que esté en funcionamiento, los sistemas de carga en tierra tendrán un 50 % más de capacidad que cualquier instalación actual en el mundo".
La electrificación en el transporte marítimo pesado lleva años en marcha, y a cada paso se suceden innovaciones tecnológicas que mejoran sus prestaciones. En este sentido, ya en 2022 empezaron a operar en fase de pruebas dos grandes ferrys eléctricos y autónomos en Noruega, equipados con baterías de 1.846 kWh de capacidad.