El Freze Nikrob, fabricado por la compañía lituana Dartz es probablemente el vehículo eléctrico más barato del continente europeo, y ya ha comenzando su andadura en algunos mercados con un aspecto muy parecido al chino Wuling Hongguang Mini.
Con el objetivo de reducir el coste lo más posible, esta compañía con sede en Letonia ha optado por comprar los coches desmontados en China para después volver a ensamblarlos en su fábrica local, algo parecido a lo que ya hizo Tesla con el Model S ante su llegada a España.
El diseño de este mini coche eléctrico es extremadamente sencillo y lo más llamativo en cuanto a su estética podría ser una especie de techo flotante, unos pasos de rueda abultados y unos grupos ópticos conectados por una banda de color negro.
El vehículo cuenta con faros antiniebla delante y detrás, llantas de aleación de pequeño tamaño y está pensado para cuatro ocupantes, pese a medir tan solo 2,9 metros de largo, con una carrocería de tres puertas.
En su interior destaca un cuadro de instrumentos digital y una serie de mandos físicos ubicados en un mismo plano, en la parte central del salpicadero, mientras que en el apartado mecánico lleva un tren motriz ecológico bastante modesto con un motor eléctrico que desarrolla solo 13 kW –18 CV– y una batería que llega con dos capacidades: 9,2 y 13,8 kWh.
El paquete de mayor densidad energética consigue una autonomía de 200 kilómetros bajo el ciclo NEDC, o sea, aproximadamente 160 kms. bajo el ciclo WLTP; y su velocidad máxima es de 100 km/h.
Con todo, su principal atractivo es el precio, ya que si el cliente opta por la versión con la batería más pequeña tendrá que pagar solo 9.999 euros, mientras que la variante con el paquete de baterías más grande estará a la venta por 14.999 €, unas cifras que no tienen en cuenta las ayudas públicas.