El fabricante de vehículos eléctricos Fisker ha anunciado que está preparado para entregar en 2022 un papamóvil eléctrico al Papa Francisco, después de que el consejero delegado de la empresa, Henrik Fisker, mantuviera una audiencia con su santidad en el Vaticano.
En este encuentro, los cofundadores de Fisker, Henrik Fisker y Geeta Gupta-Fisker, presentaron su visión del papamóvil eléctrico al Papa Francisco, un vehículo basado en el modelo Ocean de la empresa.
Según ha indicado Henrik Fisker, "me inspiré al leer que el papa Francisco es muy considerado con el medioambiente y el impacto del cambio climático para las generaciones futuras. El interior del automóvil contendrá una variedad de materiales sostenibles, incluyendo alfombras hechas de botellas de plástico recicladas del océano".
El nuevo coche eléctrico del Papa, que tendrá una cúpula de vidrio para que el máximo representante de la Iglesia Católica pueda saludar a los fieles, será entregado en 2022.
El Fisker Ocean, el modelo en el que se basará este especialísimo vehículo blindado, comenzará su producción en noviembre de 2022 y ya cuenta con más de 16.000 reservas a un precio que partirá de los 30.700 euros.
El fabricante estadounidense de automóviles tiene en Múnich (Alemania) la ubicación para su nueva sede europea, con la que pretende tener un acceso más fácil a los mercados europeos de vehículos eléctricos y también debido a su proximidad con las instalaciones que la firma automovilística posee de Magna en Graz (Austria), después de que Fisker y Magna llegasen a un acuerdo por el que la compañía europea producirá en Austria el nuevo Fisker Ocean, que llega al mercado en el cuarto trimestre de 2022.
El fabricante de automóviles deportivos Fisker prevé comercializar cuatro modelos eléctricos de aquí a 2025, una gama de coches cero emisiones que estará formada por el todocamino Ocean, por el superdeportivo EMotion, así como por otro todocamino y un 'pick-up'.
El coche eléctrico que recibirá el papa Francisco por parte de Fisker no es el primer coche de cero emisiones en el que viaja el pontífice, que ya recibió un Toyota Mirai impulsado por una pila de combustible de hidrógeno adaptado a sus necesidades de movilidad, con motivo de la Conferencia Episcopal Católica de Japón, hace algunos meses.