El precio del coche eléctrico está condicionado por el de la batería, ya que los materiales utilizados y la escasez de ellos, hace que el precio de las baterías se haya elevado notablemente, debido a las materias primas utilizadas. Sin embargo, el precio del litio, clave en la producción de las baterías, está cayendo con fuerza, lo que reducirá el coste final de producción de las mismas.
Según cuentan desde la consultora especializada en el mercado del litio y otras materias primas Benchmark Mineral Intelligence, el precio del litio ha caído por debajo de 100 dólares/kWh., una cifra que no se veía desde hace dos años.
Esta cifra de los 100 dólares/kWh es importante, porque se considera que puede ser un punto de inflexión para abaratar los precios de las baterías de coches eléctricos y, por tanto, de los propios automóviles en último término.
Según los datos de la consultora aportados en su último informe, se estima que el litio tenía un coste de 98,2 dólares/ kWh, una cifra que refleja una caída sustancial y tendida del precio, de manera que sólo en agosto, se estimó que el precio se había reducido en un 8,7%.
En diciembre de 2022, el coste del litio superaba los 125 dólares/kWh y salvo ligeras correcciones intermedias, su coste no ha dejado de descender. Ahora, el litio cuesta un 33,3 % menos que en marzo de 2022, cuando se situaba en 146,6 dólares/kWh.
Pero es que además, a la caída del precio del litio hay que sumar la de la mayoría de materias primas, lo que sin duda provocará que el coste final de la batería caiga también.
Así las cosas, con estos precios, la producción a gran escala permitirá a los fabricantes acercar sus productos de los eléctricos al de los hermanos de combustión. En este sentido, Evan Hartley, analista de Benchmark, ha explicado que "la disminución de los precios de las células podría permitir a los fabricantes de equipos originales vender vehículos eléctricos de mercado masivo a precios comparables a los vehículos ICE (combustión), con el mismo margen, mejorando el atractivo de la transición de vehículos eléctricos tanto para los consumidores como para los fabricantes de automóviles".
Desde Benchmark señalan que la caída en el coste en la producción de baterías no solo es una cosa de China, sino que el resto de mercados donde se producen baterías para coches eléctricos también están reduciendo sus precios, lo que puede ser realmente atractivo para los fabricantes que están apostando por instalaciones fuera del país, como acicate para aumentar su producción.
A todo esto hay que sumar que la demanda de coches eléctricos no para de crecer, y más allá de las decisiones de Europa de caminar hacia el vehículo eléctrico, el Gobierno chino ha mantenido las ayudas estatales para que los fabricantes locales sigan produciendo a un ritmo similar al que lo venían haciendo hasta ahora.
En Europa, la cuota en las ventas del coche eléctrico ha pasado por primera vez del 20 %, a lo que hay que sumar que la búsqueda y la producción de litio está aumentando de manera exponencial, e incluso las propias marcas han llegado a invertir para asegurarse este mineral a un precio inferior al de mercado, impulsando la construcción de minas de litio.
Aunque sus resultados no son palpables por el momento, estas seguirán sumando toneladas de litio disponible en el mercado. Por otra parte, una menor demanda provocaría una menor producción, costes fijos más caros por unidad y, por tanto, un precio que sigue alto. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Por tanto, el coste de las materias primas resulta clave para revertir la situación y, que la rueda siga girando en la dirección correcta y coja inercia, ya que si la producción es más barata, se podrá competir con precios más bajos que capten a un mayor número de clientes, aumente la producción y todo el proceso, en definitiva, que se mueva en la dirección opuesta a lo que hemos vivido hasta ahora.