Un equipo de investigacióna de la Universidad de Michigan, ha logrado multiplicar por cinco la densidad energética de una baterías de coche eléctrico gracias a la utilización de nanofibras de aramida de Kevlar reciclado.
Se trata, sin duda, de un gran avance que muestra que la tecnología que utilizan los coches eléctricos puede mejorar de forma radical, y esta tecnología en concreto podrías reducir notablemente el peso de los coches eléctricos, lo que mejoraría la autonomía.
Aunque anteriormente ya se había investigado en torno al Kevlar y las baterías de coches eléctricos, el gran avance de este equipo de investigación está en la estabilización de la reacción química que se lleva a cabo entre el ánodo de litio y cátodo de azufre de la batería de litio.
Gracias a esto, la capacidad de las baterías de los coches eléctricos se puede incrementar en gran medida, de forma que, con la utilización de las nanofibras de aramida, que provienen del reciclaje del Kevlar, se puede conseguir una densidad energética nada menos que cinco veces superior que la que se logra con las baterías de iones de litio actuales de los coches eléctricos.
Este material consigue que el flujo de iones que se produce entre el ánodo y el cátodo, de litio y de azufre, se facilite sin generar polisulfuros y algunos otros restos que perjudican a la capacidad de las baterías.
Según los responsables del equipo de investigación, este material no solo mejora la capacidad de las baterías, sino que también se mejora su durabilidad, y lo concretan explicando que las baterías basadas en este proceso químico pueden soportar mas de 1.000 ciclos de carga, que serían en torno a 10 años, sin sufrir pérdidas energéticas graves.
Otro dato clave es que este tipo de batería puede trabajar mejor con las temperaturas extremas, tanto las temperaturas frías como las temperaturas más cálidas. Según los investigadores, esta enorme mejora sobre las baterías de los coches eléctricos nos acerca a los que denominan límites teóricos de las baterías de iones de litio, es decir, que las capacidades técnicas que están logrando, con este avance científico, no están demasiado lejos de las condiciones óptimas que puede ofrecer una batería de iones de litio enfocada a su utilización en coches eléctricos.