España no son sólo sus ciudades, sino también sus comarcas y pueblos, algo que se debería aplicar al hablar de la presencia en el medio rural de puntos de recarga para vehículos eléctricos, pero que, a raíz de los últimos datos, no se cumple en absoluto.
Un reciente informe realizado por Ecodes y el Observatorio de Sostenibilidad ha revelado que tan sólo un 36 % de los puntos de carga para coches eléctricos se encuentra en zonas rurales o dentro de las zonas de influencia de las principales carreteras españolas, lo que supone que, a día de hoy, recorrer en un coche eléctrico la España vaciada es casi misión imposible.
El estudio, titulado Puntos de recarga para la movilidad eléctrica en España pone en evidencia la escasez de ester tipo de infraestructuras fuera de las grandes ciudades, un problema que surge porque estas reúnen a la mayoría de la población, con la consiguiente mayor demanda, tanto de coches como de cargadores, en sus alrededores.
Esta situación ha provocado, según el informe, que siete de cada diez cargadores operativos en España se encuentren en núcleos urbanos, lo que traducido a superficie territorial significa que en la ciudad es posible encontrar un punto cada 4,11 km², mientras que en las zonas rurales aparece uno cada 349 km².
De estos datos se desprende que el problema de la recarga en España no es sólo una cuestión de cantidad, sino también de distribución geográfica, ya que los tramos de carretera más largos sin disponibilidad de cargadores se hallan en el interior peninsular, mientras las zonas del litoral mediterráneo y el Atlántico sur están sensiblemente mejor cubiertas.
A este problema se suma el hecho de que, siempre según el estudio, tan sólo un 0,7 % de los puntos públicos instalados en áreas rurales cuenta con una potencia superior a 150 kW, lo que impide aprovechar por completo las capacidades de recarga rápida que los coches actuales ofrecen para realizar viajes en un plazo de tiempo razonable.
Por comunidades Galicia, Cantabria, La Rioja y Navarra no poseen en sus territorios cargadores rápidos, a lo que se suman provincias como Castellón, Guadalajara, Guipúzcoa, Huesca, Jaén, Palencia, Segovia, Soria y Teruel. En total, aproximadamente un 28 % de la superficie nacional peninsular carece de puntos de alta potencia de titularidad pública.
De esta manera, el informe de Ecodes vuelve a colocar a España a la cola de la Unión Europea en infraestructuras de este tipo, y aunque el objetivo fijado por Bruselas sea lograr que las principales rutas por carretera del continente dispongan de un cargador cada 60 km, la realidad es que en el caso español, apenas llega a cumplirse en el 5 % de la red nacional.
Por ello, y para garantizar que la transición al coche eléctrico llegue también al mundo rural, los autores del estudio sugieren al Gobierno la puesta en marcha de ayudas e incentivos fiscales para los particulares y empresas que residen en este entorno, al tiempo que proponen la posibilidad de unir nuevos puntos de recarga a las instalaciones de energía renovable, tales como molinos o paneles solares, que ya son comunes en muchas comarcas de nuestro país.