Colapso en el mercado del coche eléctrico: se fabrican más que los susceptibles de ser vendidos

Colapso en el mercado del coche eléctrico: se fabrican más que los susceptibles de ser vendidos

Los susceptibles clientes preguntan por los coches eléctricos, se interesan e incluso los prueban, pero no los compra. Al menos no lo hacen como se esperaba, por lo que a los fabricantes les ha surgido un nuevo problema: absorver los numerosos vehículos eléctricos que no se venden y que llenan en estas fechas campas y concesionarios.

 

Mal que nos pese, los coches eléctricos continúan siendo todavía bastante más caros que los de combustión y, en la mayoría de las ocasiones, su usabilidad no es la que se prometía, ya que el proceso de carga es lento, bastante caro si se hace fuera de casa, y su autonomía no termina de convencer al no cubrir las necesidades de la mayoría de los conductores.

Una de las causas de esta timidez a la hora de adoptar el coche eléctrico es el desembolso inicial, que suele ser de entre un 20 y un 30 % superior al sus equivalentes de combustión, un problema que se incrementa ante las crisis crediticia, y que junto a los otros problemas mencionados, provoca que se produzca un atasco en los concesionarios de un calibre inesperado.

Pero la realidad es que esto no solo sucede en Europa, sino que en Estados Unidos se viene produciendo una situación similar, y eso a pesar de ser el segundo gran cliente del vehículo eléctrico por detrás de China. Allí, este tipo de vehículos suponen un 6,5 % de las ventas de un mercado que está padeciendo un síndrome similar al europeo, ya que no hay compradores para todos los coches qaue se fabrican.

De media, un vehículo de motor de combustión encuentra destinatario tras mes y medio de situarse en a la venta en el escaparate; mientras que uno eléctrico pasa a ser de 92 días, o sea, el doble.

Según los datos del analista Cox Automotive, este año las cifras de venta de coches eléctricos superará por primera vez el millón de unidades Estados Unidos, sin embargo, y aunque el interés del ciudadano medio haya crecido del 38 al 51 % en un año, el almacenamiento de coches eléctricos sin vender se ha multiplicado casi por cuatro. La conclusión es simple: se fabrica mucho más de lo que el mercado puede asumir.

Parece que  cambio de tecnología, con costosos sistemas de desarrollo, cadenas logísticas, líneas de producción o la dependencia de las baterías chinas, está haciendo convulsionar a los fabricantes occidentales; y aunque los cálculos de producción se crean en torno a los ritmos de venta, si estos caen como parece que están cayendo, las cadenas logísticas sufren contracciones que descolocan a los fabricantes.

Aunque la proyección de futuro que plantearon las instituciones fue asumida por las marcas, y la mayoría desoyeron los consejosante una difícil transformación progresiva basada en los motores híbridos, es este tipo de vehículo el que está triunfando en la actualidad, aunque siga siendo el eléctrico puro el que atrae las miradas de marcas.

Así las cosas, parecer que los fabricantes apostaron fuerte por un cambio total del parque móvil, y ya hay quien piensa que se están empezando a arrepenti, ya que electrificar y digitalizar el catálogo se está complicando más de lo previsto, quedando meridianamente claro que los cálculos y proyecciones estaban desviados.

De esta manera, la apuesta para el coche eléctrico seguirá basándose en soluciones como abaratar el producto, ampliar la autonomía, y regar de cargadores las carreteras, pero hasta que esto no ocurra de forma fehaciente, seguiremos en un limbo lógico y con un mercado repleto de dudas, que no sabremos hasta cuando se extenderá.

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