Este pasado fin de semana se ha celebrado el Goodwood Festival of Speed, un evento que aporta la oportunidad de ver la subida cronometrada a la colina de Goodwood... y este año, el nuevo récord lo ha conseguido el McMurtry Spéirling, un pequeño monoplaza eléctrico que utiliza un ventilador para maximizar su carga aerodinámica, y que ha conseguido hacerlo 0,8 segundos más rápido en la subida que el anterior récord, el Volkswagen ID R, deteniendo el cronómetro en los 39,08 segundos.
El ex-piloto de Fórmula 1 Max Chilton estuvo al volante en la carrera del récord, durante la sesión cronometrada oficial del domingo por la tarde, aunque antes de esto ya había subido la colina en 39,14 segundos.
El McMurtry Spéirling, que destaca por sus dimensione, por su potencia y por su aerodinámica, es un monoplaza que mide 3.200 mm de longitud y 1.500 mm de anchura, que en Japón le permitirían entrar en la categoría de los Kei Car, esos coches diminutos que se pueden matricular sin demostrar que se posee un plaza de parking.
En cualquier caso, el Spéirling compensa sus mínimas propociornes con una potencia superior a los 1.000 CV y un peso inferior a 1.000 kg, con una relación peso/potencia más cerca de la de un Koenigsegg One:1 que de cualquier otro deportivo del mundo.
Con el ruido de los ventiladores que lo cubren todo y el polvo que levanta a su paso, el Spéirling parece ser tan rápido su paso por curva como en aceleración pura, siendo básicamente un coche de competición totalmente eléctrico, monoplaza y diseñado teniendo en cuenta las normas de seguridad de los LMP1.
Cuenta con un chasis monocasco y una carrocería en fibra de carbono, así como con un pack de baterías integrado que le distinguen del resto de propuestas. Para ello y sólo cuando es necesario, utiliza un ventilador que, literalmente, le empuja hacia la pista mientras genera un ruido de 120dB, digno de un avión a reacción. De ahí, el nombre de Spéirling, una palabra procedente del gaélico, y que en Irlanda es sinónimo de tormenta.
El concepto del ventilador para empujar el coche al suelo no es nuevo, y ya en 1978, Gordon Murray desarrolló un sistema similar para los Brabham BT46B de Bernie Ecclestone. En el caso del Spéirling, la idea parte de Sir David McMurtry, inventor y empresario irlandés que fue una pieza clave en el desarrollo del motor Rolls-Royce Olympus del Concorde, que en la actualidad posee un estudio de ingeniería con el que prevé poner a la venta una versión de calle del Spéirling, con una autonomía superior a los 483 kms. y un peso inferior a los 1.000 kg.