La compañía NFT anunció hace algún tiempo sus planes para construir un coche volador con unas proporciones similares a las de un SUV grande y que pudiera despegar empleando un sistema de alas retráctiles.
Ahra, la compañía con orígenes estadounidenses e israelíes ha anunciado la próxima comercialización del Aska, cuyo significado es pájaro volador en japonés, un producto que ha evolucionado notablemente, hasta el punto de que ya acepta pedidos.
Se trata de un vehículo que ofrece a los usuarios la libertad de elegir si viajan por carretera o por el aire, y que dispone de cuatro plazas, aunque lo mejor puede que sea que tiene la capacidad de despegar y aterrizar de dos maneras distintas: al estilo de un helicóptero, de forma vertical; o al estilo de un avión, siguiendo la fórmula de despegue y aterrizaje cortos, lo que en el argot aeronáutico se denimona STOL.
Este novedoso vehículo eléctrico está basado en un diseño aerodinámico que le proporciona una experiencia de conducción en la carretera parecida a la de un automóvil convencional, pero que es capaz de volar de forma segura y eficiente.
Mide 6 metros de largo en posición de carretera, su envergadura es de 12,2 m con las alas extendidas, listo para volar, y está impulsado por motores eléctricos y que aportan una autonomía de vuelo aproximada 400 kilómetros, con una velocidad máxima en el aire de 240 km/h.
Se trata del primer coche volador homologado para circular por Europa, y tras superar numerosas pruebas y requisitos, tanto mecánicos como de conducción, el modelo ya es apto para circular por carretera.
El Aska cuenta, además, con el objetivo de lograr un rango extendido de autonomía solo en caso de que sea necesario, con generadores que funcionan con gasolina, capaces de cargar las baterías mientras vuela.
El vehículo está equipado con seis baterías y su estructura está concebida para que pueda recibir y soportar en el futuro diferentes fuentes de energía para el rango extendido, entre ellas el hidrógeno.
La compañía ya acepta pedidos para una versión personalizada de lanzamiento, que se comercializará por un importe que ronda los 650.000 euros. Para hacer una reserva, la compañía exige un depósito de algo más de 4.000 euros.
Para los primeros en reservar el Aska, el precio incluirá los gastos para conseguir la pertinente licencia de piloto aéreo, obviamente imprescindible para ponerse a los mandos de este coche volador.
Si bien las reservas ya están en marcha, los futuros propietarios deberán tener algo de paciencia, pues está previsto que las primeras unidades se entreguen en 2026.
Maki Kaplinsky, cofundadora y presidenta de NFT, ha afirmado sobre este modelo que "para construir una sociedad mejor y una economía mejor, necesitamos mejores soluciones de transporte, y los coches voladores formarán parte de esa ecuación".