Entre los problemas de los coches eléctricos, destaca el de dónde recargarlos si no hay un enchufe disponible. Especialmente para ellos, y para los que no cuentan con una plaza de garaje desde la que realizar la carga por la noche, ya está disponible ZipCharge Go.
Se trata de un «powerbank» o un punto de recarga portátil especialmente pensado para estos casos, que resulta fácilmente transportable con sus ruedas y su asa, y que permite recargar el vehículo eléctrico lo suficiente para recorrer entre 20 y 60 kilómetros.
El modo de empleo es extremadamente fácil, de forma que se puede recargar en cualquier enchufe doméstico, preferentemente a las horas de la energía más económica, y transportarlo cómodamente hasta el coche. Allí se enchufa mediante un cable Tipo 2 a 7,2 kW, por lo que la recarga parcial dura de media hora a una hora.
Está pensado para ser transportado en el maletero, al tener un peso y dimensiones contenidas. La pega es que no acumula demasiada energía, aunque la autonomía que proporciona bien pueden servir para los desplazamientos más habituales con este tipo de vehículos.
La seguridad está garantizada, ya que los cables quedan bloqueados a ambos extremos; y además, un sistema de enrejado por geolocalización y conexión 2G/4G permite localizarlo si es sustraído.
Puede alimentar además a otros aparatos eléctricos, y también soporta función V2G.
El cargador ZipCharge Go contiene baterías de litio níquel-manganeso-cobalto (NMC) de 4 kWh netos en el modelo básico, una estructura de aluminio y carcasas de plástico personalizables; y se puede utilizar en cualquier condición metereológica, ya que está pensado para uso exterior.
Todavía no se conoce el precio, pero a buen seguro será comparable al de instalar un mural de carga de Tipo 2. Como alternativa a su adquisición se podrá alquilar por alrededor de 58 euros.
Más adelante, la compañía fabricante sacará una versión de 8 kWh, con el que se podrán alcanzar unos 60 km de autonomía extra.
Desde la compañía sugieren que un uso secundario podría ser tenerlo en el maletero para emergencias, aunque se trata de una comodidad que podría salir algo cara.