El presidente de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA), Oliver Zipse, ha pedido a los mandatarios europeos que la transición hacia el vehículo eléctrico «no limite la movilidad» de los ciudadanos.
En el transcurso de un evento on-line, el también consejero delegado de BMW se preguntó cuál será el panorama europeo en relación con el coche eléctrico de cara a 2030, 2040 y 2050, y si el viejo continente estará impulsado por una cultura de «prohibiciones y restricciones» o estará estimulado por la «innovación y la competitividad».
En este sentido, Zipse explicó que «la transformación del sector de la movilidad está sucediendo aquí y ahora, y la industria del automóvil contribuirá plenamente al objetivo de una Europa neutra en carbono en 2050, con un enfoque holístico y neutral desde el punto de vista tecnológico. Y en las condiciones adecuadas, estamos abiertos a objetivos de reducción de CO2 aún mayores en 2030″.
A su juicio, esto dependerá de tener los suficientes puntos de carga y estaciones de hidrógeno en toda la Unión Europea, por lo que ha instado a la Comisión Europea a aprovechar la oportunidad de la próxima directiva de infraestructura de combustibles alternativos para introducir objetivos vinculantes. «Sin estos objetivos, nos encontraremos con un cuello de botella para la movilidad eléctrica y nuestra transformación perderá impulso», ha asegurado Zipse.
Por otra parte, el directivo del sector automovilístico explicó que en el camino hacia alcanzar ‘cero emisiones’ serán necesarias todas las tecnologías disponibles; y sentenció que «necesitamos asegurarnos de que esta transformación no limite nuestra movilidad. Ya sea por la economía, por nuestras relaciones personales, por la cohesión social y la participación, el nivel de movilidad es un claro indicador de progreso».